Ayer viernes, estuvimos en el festival Rock In Praza, que se celebra en Carballo, pueblo cerca de A Coruña y también de Santiago. Fuimos para ver el show de Roy Loney con los donostiarras Señor No [grupo de rock and roll que merece mucho mayor eco], que estuvo bien pero no tanto como el posterior bolo de los Chesterfield Kings, total... allí habia un par de puestos de discos, uno pequeño con cosas de Señor No y algunos vinilos y otro mayor con cientos y cientos de cds y elepés sobre una mesa improvisada montada por La Bomba Records, tienda de Oviedo que se puso las botas vendiendo en mitad de esa plaza un material goloso a precios muy razonables. Allí, casi nada se vendía a más de 15 euros, abundando los títulos difíciles de localizar, todos con su funda plástica y en perfrecto estado... Una improvisada tienda que tenía muchos titulos recomendables con precio de 7 a 10 euros.

Ahí está, en plena crisis, un asturiano ha dado en Carballo una necesaria lección al negocio musical. Sí, se pueden vender discos siemptre que tengan interés, ajusten su precio a la realidad que vivimos y se abran puntos de venta en lugares adecuados porque... ¿a cuantos festivales o conciertos hemos ido todos y cada uno de nosotros y... al preguntar donde se podía comprar un disco nos han dicho... "no, no hay, solo hay camis"?

Nunca sobra lo de vender camisetas pero no olvidemos que detrás de ellas siempre hay canciones, detrás gente que las hace, detrás gente que las escucha, y detrás gente que las comenta.

Así, el coche hacia Santiago se fue lleno de compras [discos, comics y hasta novelas del Oeste]. Busqué allá el single Todos los negritos de Glutamato Ye Yé pero... no dí con él [por ahora].

Marisol B.