Dos de los tres componentes del grupo cántabro Storms To Come se retocan el nudo de la corbata en una foto interior, buen resumen del resultado. Este es un disco con dos tercios de guitarras rock demasiado escuchadas a estas alturas de la película como para dejarte poso...

A la voz le suele faltar convicción en un álbum donde la banda gana empaque y fuerza cuando cambia de ritmo abriendo gas instrumental, como sucede en la fuga de "Lifeline". Eso me hace pensar que hay más de lo que parece pero les vence el peso de discos que todos reconocemos aunque igual que esas influencias les frenan hoy, mañana les pueden impulsar a hacer punk rock más arriesgado [si ellos quieren, que a lo mejor no].

Es su tercer disco, dato que anima a verles en directo porque ya acumulan horas como para dar bolos sinceros pero mentiría si dijese que este disco me gusta; sí que reivindico el trabajo que hace su discográfica Fragment Music. Que una ciudad como Burgos tenga un sello así garantiza que bandas como ésta tengan ocasión de repartir su rabia para seguir creciendo.