Lobesia, grupo de Murcia, quema buena parte de las virtudes de este disco por culpa de unas letras flojas, fuera de sitio, con los acentos mal puestos y los estribillos poco cuidados. No han sabido tener en cuenta que las palabras generan su propia  música, que si su sonoridad va por un lado y la parte instrumental por otro... el capullo de la oruga rara vez se convierte en mariposa.
El álbum está producido por Alberto Seara y Carlos Escobedo, productor y cantante de Sober, respectivamente, lo cual indica el tipo de sonido pero su repertorio no levanta vuelo más allá de presentarse con una producción de buena factura.

Pondré un ejemplo. "Buscando mi camino", corte de tempo tranquilo y voz arriba, ofrece ésta letra:
"Tantas cosas pasan en nuestra vida; es imposible no desear seguir vivo; seguir sintiendo emociones que pasan día a día; solo por eso merece la pena vivir".

Deberían escuchar a fondo los discos de Sober, fijándose en cómo encajan ellos el ritmo de las letras y el de los instrumentos.
Los Lobesia tienen a favor el hecho de ser una banda con apenas cinco años de trayectoria, cuya muestra de rabia en este disco hace pensar que les sobra energía para buscar la mejora.