Nacho Vegas, cajas de música que se paran
Por: Billymoho. Foto: Pétalo
Tras las giras de su disco Desaparezca de aquí y del trabajo a medias con Enrique Bunbury, El Tiempo de las Cerezas, Nacho Vegas aterriza en Palma de Mallorca en formato acústico.
09 Diciembre de 2006 en Teatro Xesc Forteza, Palma de Mallorca
- · Grupos: Nacho Vegas + Xel Pereda
- · Público: entre 250 y 300 personas.
- · Precio: 12 euros
- · Promotora: Fonart / Limbo Starr.
Tras las giras de su disco Desaparezca de aquí y del trabajo a medias con Enrique Bunbury, El Tiempo de las Cerezas, Nacho Vegas aterriza en Palma de Mallorca en formato acústico para ofrecer su lado más personal y tímido aunque... se olvida de algo.
Tras actuar el pasado mes de junio en Mallorca con su banda al completo en el Teatre Lloseta, hoy Nacho se presenta junto al también asturiano Xel Pereda, músico de Llan de Cubel, grupo folk más conocido de Asturias. Ante un recinto con buena parte del aforo cubierto, el dúo se asoma sin la menor impaciencia. Pronto queda claro que, pese a tocar en formato acústico, el sonido no está a la altura deseada, más considerando que sólo hay dos instrumentos y dos voces... Entre las primeras canciones de la noche, escuchamos "Por culpa de la humedad", en una versión bastante emotiva, luego llega "Cerca del cielo" (dedicada al alpinista Juanito Oiarzábal), tema con el que ya se empieza a notar equilibrio entre lo que interpretan y lo que suena, entre quien toca y quien escucha. Sí, está claro que el Xesc Forteza no es El Liceu, no hay mueble-bar ni tropiezos etílicos...
En ese arranque, también incluyen "Días extraños" y, al fin, dicen "gracias" y "buenas noches"... más vale tarde que nunca, aunque, eso sí, Nacho Vegas lo hace cumpliendo con el papel de timidón. Durante algunos momentos de la actuación, Nacho juega con la presencia-ausencia de Pereda, creando un aire de expectación y un ambiente íntimo perfecto para el tono de su repertorio, logrando arrancar rachas de aplausos, algunos muy generosos. Xel demuestra su polivalencia alternando pasajes de banjo, guitarra acústica y mandolina (instrumento que tocaba en un corte del disco de Nacho, Cajas de música difíciles de parar). Mirando al norte, meten un par de romances populares de Asturias, parte de un proyecto paralelo que tendrá disco en breve, fragmento donde demuestran lo interesante que puede ser escuchar ese guiño a la cultura de su tierra... la escucha no decepciona.
Luego aparece en escena Abel Hernández, conocido por su implicación en proyectos como El Hijo, Migala y Emak Bakia. Juntos, tocan "La pena o la nada", canción que se cuela entre lo más destacado de la noche. Da la sensación que el acompañante habitual de Nacho Vegas es el propio Abel. A partir de ahí, la recta final del concierto encuentra su mejor momento en los bises. En uno, Xel toca en solitario versiones de cortes populares de Asturias. En otro, Nacho toca un tema que, según cuenta, nace robado de la historia de un taxista, y con ese relato ofrece los últimos acordes de una velada algo extraña. Extraña porque... el público apenas estuvo entregado, aunque hay que reconocer que Nacho hablando, lo poco que habló, se metió a la gente en el bolsillo con su simpatía pausada; aunque la falta de ritmo en el repertorio, nos hace salir del teatro con la sensación de habernos ausentado en parte de un show demasiado monótono.
Sin desmerecer el indudable talento que Nacho Vegas posee, el que fuera miembro de Manta Ray, hoy apenas se ha implicado en llegar al público. Quizá le hubiera ayudado un mejor uso de los medios técnicos o cuidar más todo lo que supone salir al escenario. Las canciones solas no bastan, también cuenta la actitud.