10 Abril de 2013 en sala El Sol, Madrid

• · Grupos: Julio de la Rosa.
• · Público: tres cuartas parte del aforo [340 personas].
• · Precio: Precio: 12 euros en venta anticipada / 15 euros taquilla.
• · Promotora: Ernie.

"Fue una noche entresemana, de esas que hay que practicar… "
Julio de la Rosa es más que un músico, más que un letrista, más que un tipo que hace canciones y las canta en público. Julio de la Rosa es un credo, una fe, una cantinela abrumadora que traspasa cualquier dimensión humana comprensible y se te clava en las entrañas. Sus letras te enganchan sin saber muy bien por qué. Sus fans cantan cada palabra como plañideras en un entierro recitan el Padrenuestro. Alguien debería alguna vez investigar en profundidad el mecanismo de identificación de las canciones… Este andaluz adicto al pop rock inquieto, está de gira presentando un nuevo disco llamado Pequeños Trastornos Sin Importancia [Ernie Records] y se crece.

Además de todo lo dicho, Julio de la Rosa, el muy cabrón, es el tío con más amantes de España. Eso sí, las comparte –psicoanalizadas o despedazadas– por lo que uno también se siente invitado al harén. Ahora bien, todas las mujeres de sus canciones parecen maquiavélicas, perturbadoras, hirientes, trastornadas. Sus amores desdichados, sus maldiciones comunes, sus pequeños trastornos sin importancia forman parte de la liturgia, plasmada en un nuevo álbum grabado con tres componentes del grupo madrileño Havalina.

Y allí estuvimos en el concierto… fieles, seguidores y feligreses, prestos para la homilía. Aunque la sala el Sol no llegó a llenarse del todo, saltaron los índices de modernidad un par de veces por la alta concentración de hipsters y malasañeros, la más alta de la noche madrileña sin duda. Empezó tarde Julio, con casi una hora de retraso –en este país es una guerra perdida ver a un artista nacional comenzar puntual–, solo sobre el escenario.
Desafiante y seguro, primero con una base programada y luego con la guitarra. Poco a poco fueron saliendo el resto de músicos, a medida que avanzaba el repertorio. Como idea rompedora puede estar bien en la teoría, pero en la práctica se hizo un inicio un tanto flojo.

Xilófonos, mandolinas, percusiones varias, bombos de batería que se golpean con la mano junto a las guitarras ruidosas… Ya con toda la carne en el asador, con los decibelios y acoples pertinentes, llegó lo bueno. "Gigante" y "Colecciono Sabotajes" de su último disco Pequeños trastornos sin importancia animaron al respetable. Pero fue en los hits del anterior álbum, el descomunal La herida universal, cuando la parroquia cantó al unísono, sobre todo con el coreable estribillo de "Sexy Sexy Sexy", la nocturna "Las camareras" y la pendenciera "Entresemana". Un buen reverendo sabe cómo trasladar sus mensajes al populo: momento de la declamada "Kill the mosquito".

También hubo lugar para colaboraciones estelares: Ignacio Celma, de Havalina, que se marcó un "La fiera dentro" a dos bajos y Josephine Ayling de Boat Beam que desplegó "rubiosidad" en la canalla "Kiss Kiss Kiss Me". Uno de los instantes más emotivos de la noche fue cuando la rota voz de Miren Iza de Tulsa cantó en acústico la devastadora "Un corazón lleno de escombros".

El final, como debe ser, "Maldiciones Comunes", el catálogo de improperios más dulce jamás cantado. "Y si escuece, que te jodan". Hora y poco de show. Tal vez un pelín corto. Aunque Julio de la Rosa cuenta con ventaja, sabe que su parroquia volverá, devota, al domingo siguiente. Bueno, en este caso, entresemana…

Julio de la Rosa, presentó los temas de su último disco en Madrid con invitados