Joe Bonamassa... rock y blues estallando juntos
Por: Oskar S. López. Foto: archivo
Joe Bonamassa de nuevo aquí, tras actuar este mismo año en el Festival de Guitarra de Córdoba y en el Cazorla Blues. Presenta "Black Rock", su nuevo disco.
01 Octubre de 2010 en Teatro Circo Price, Madrid
- · Grupos: Joe Bonamassa
- · Público: 3/4 partes del aforo. Alrededor de 1.000 personas.
- · Precio: de 35 a 45 euros.
Joe Bonamassa de nuevo aquí, tras actuar este mismo año en el Festival de Guitarra de Córdoba y en el Cazorla Blues.
Presenta Black Rock, su nuevo disco, con paradas en Madrid, Barcelona y Bilbao. Saca disco por año, tiene solo 33 años y es uno de los grandes guitarristas del mundo.
Joe Bonamassa aun no está en el escenario. La música sube de volumen, y por los altavoces suena "Two minutes to midnigth", de Iron Maiden [los británicos están de actualidad con un nuevo álbum que les ha situado entre lo más vendido de las listas de medio mundo]. La gente se pone nerviosa, el concierto está a punto de comenzar. Y sale Joe, guitarrista con traje negro y Converse, al frente de su banda. Su puntualidad se encuentra apenas medio aforo lleno del estupendo Teatro Circo Price [al rato, llegamos a los 3/4). Arrancan con un tema que... me suena un montón, pero que no logro situar, hasta que caigo: Joder!!!... es "Cradle Rock", de Rory Gallagher. Y del tirón continúan con otro clásico: "So many roads".
Lo de Joe Bonamassa es muy fuerte. Acaba de soltar dos ganchos, uno de rock y otro de blues, dejando medio noqueado a un público que se mantendrá así durante toda la actuación. Una audiencia [con muchos asiduos] que acude a ver a Bonamassa como si fuera una contemplación y adoración divina, una experiencia religiosa ante la cual la gente apenas se mueve. Se disfruta por dentro, a modo de comunión con cada nota y acorde que emanan de las distintas guitarras que desfilan durante la actuación: Les Paul, Gibson... 7 u 8 [perdí la cuenta].
Dicen que con apenas ocho años teloneó a B.B. King, quien colabora en un tema de su último trabajo [Night life]. Publicó un álbum de título homónimo con Bloodline, y ya en 2000 abre carrera en solitario, sacando un disco por año hasta hoy mismo, o sea, tiene 10: 9 de estudio y uno en directo. Hace 200 conciertos al año, y se centra en su particular visión del blues rock. Y a eso suma que toca en Black Country Communion, superbanda de Glenn Hughes, Jason Bonham y Derek Sherinian.
Sobre el escenario se desenvuelve bien. No canta nada mal y con la guitarra hace lo que quiere, tocándola de modo magistral. Unos solos bestiales, con momentos emotivos y otros no tanto. Hay momentos donde uno tiene la sensación de que todo está demasiado medido y calculado. Me quedo con los primeros: oír de su guitarra "Sloe Gin" [Tin Curry] sobrecoge el corazón. Un virtuoso solo sobre el escenario, capaz de hacer enmudecer al público para oírle sacar a su electroacústica infinidad de sonidos [flamenco incluido] en una improvisación que acabó convertida en "Woke up dreaming" [impresionante la rapidez de sus dedos].
No faltan temas propios ["The Ballad of John Henry"] y muchas versiones ["Steal your heart away", "Bird And wire"...] Acompañado por una espectacular banda a la que, como hace Gary Moore, no concedió ni un segundo de protagonismo [y esto sí que no se lo perdono] aunque al menos se dignó en presentar a la finalización del concierto: Carmine Rojas [bajo], Rick Melick [teclados] y el que se salió esa noche aunque no hiciera un solo... Bogie Bowles [batería].
Una noche con dos horas de impresionante blues, con mucho rock clásico potente, para acabar con un Bonamassa mostrando cuernos, con una Gibson en forma de flecha y con una descarga realizada con un medley de 10 minutos con "Just Got Paid" de ZZTOP y "Dazed and confused", de Led Zeppelin.
Si alguna vez tienes oportunidad de verle, no lo dejes escapar. Joe ofrece una excelente demostración de rock con un recuerdo en el aire a bandas míticas como Deep Purple [culpa de ese teclado]... y sobre todo a los Zeppelin.
A sus 33 años, Joe va camino de convertirse en toda una leyenda a la altura de Stevie Ray Vaughan o el mismísimo Jimmy Page. Luego no digas que La Ganzúa no te avisó.