04 Noviembre de 2010 en sala Cargo, Londres

• · Grupos: El Guincho
• · Público: Lleno [sobre 400 personas].
• · Precio: 9,5 libras [10,7 euros]
• · Promotora: Como No + Eat Your Own Ears.

El Guincho, a.k.a. Pablo Díaz-Reixa, ha pasado de ser un don nadie hace cuatro años a fichar por la discográfica XL Recordings, de Londres, y girar por todo el mundo subido a su ola tropical de espuma electrónica.

El Guincho en Londres. Exótico, sofocante y colorido, como un oasis en medio del ambiente gélido que se respira fuera. Loros rellenos de algodón que recuerdan la portada de Alegranza, su exitoso segundo disco, con barras decoradas por velas de tonos cálidos o el jugueteo de unas luces llamativas marcando el tempo de la música ambiente, hacen que el foco lúdico del Este de Londres comparta la alegre etiqueta del protagonista de la noche. A su manera, hoy la sala Cargo es tropical.

El local está lleno. Se puede decir que Pablo Díaz-Reixa viene pegando fuerte desde la continuación de su primer álbum Folías. A base de grandes dosis de esfuerzo, dedicación y romanticismo, este músico canario [presentado a veces como catalán] ha conseguido cautivar al exigente público británico, que ve en la simpática receta del pop independiente made in Barcelona una vía para relajarse, bailar y disfrutar. Da igual que mañana se trabaje o que el cambio horario robe una hora de sol, El Guincho parece despejar todos esos males despachando lo mejor de sus dos discos previos y de Pop Negro, su nuevo trabajo.

Para empezar, "Kalise" y "Costa Paraíso", se funden en sintonía con "Guetto Fácil" y "Lycra Mistral". La evolución es significativa, sin duda, pero también lo es la apuesta por la continuidad. Sería ilógico, o muy arriesgado, abandonar, de buenas a primeras, la clave del éxito del sonido El Guincho. No parece el momento adecuado, al menos no hasta que temas como "FM Tan Sexy", "Bombay" o "Palmitos Park", estandartes de esta odisea psicodélica, se aburran de lijar el óxido de las articulaciones de cientos de personas en todos los rincones del mundo, tal y cómo hacen hoy en la capital inglesa.

Tras ese éxtasis, la siguiente canción en asomar es... "Novias". Suena dulce y pegadiza. Cautiva de inmediato con su brillo pop y las afectuosas notas del teclado, pero es evidente que su pegada baja en directo; necesitaría verse arropada por un buen número de percusionistas y coristas para plasmar así toda la gama de colores creados con la paleta de samplers utilizados en la versión de estudio.

"Cuando maravilla fui", corrobora esa idea, aunque, esta vez, el misterio y la cautividad del uso final del antiguo refranero siguen latentes. Antes de acabar, y tras la ya habitual pausa que sirve para aclamar la vuelta del grupo a escena, se anuncia el fin de fiesta con "Antillas". Luminoso y lustroso, como una pequeña perla, El Guincho consigue crear un murmullo que va in crescendo hasta conseguir expresar un claro "todo lo que todo" de tintes sajones, que se consume, del mismo modo en que apareció, para despedir efusivamente al canario.

Todo tras una hora de concierto en un local con el precio de las bebidas a... 4 libras [lata de cerveza San Miguel de 500 ml.], 4.5 [botellín de importación] y 4,60 los cócteles [single], y sin nada de merchandising a la venta.