CRÓNICA: Barrence Whitfield and the Savages - Bilbao, Septiembre 2011

Barrence Whitfield y Savages sudan y Fito baila


Por: Xabier Sanmartín C. Fotos: J. A. Areta Goñi

Barrence Whitfield, a la voz y Peter Greenberg, a la guitarra líderando a los Savages, han arrasado en Bilbao, plaza que conoce bien al primero.

Barrence Whitfield and the Savages, crónica de concierto

15 Septiembre, 2011 | Xabier Sanmartín C. Fotos: J. A. Areta Goñi
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15 Septiembre de 2011 en sala Kafé Antzokia, Bilbao

  • · Grupos: Barrence Whitfield and the Savages.
  • · Público: Unas 200 personas.
  • · Precio: 12 euros anticipada, 15 euros en taquilla.
  • · Promotora: I Wanna + Bloody Mary.

Barrence Whitfield, a la voz y Peter Greenberg, a la guitarra líderando a los Savages, han arrasado en Bilbao, plaza que conoce bien al primero, un vocalista de aullido largo que va del soul al rhythm and blues sin la menor transición. Entre el público estaba el mismísimo Fito Cabrales, después de todo, aunque su estilo es más tranquilo él también suele llevar un saxo en su banda. Presentan el disco Savages Kings [Munster, 2011], Los Savages Kings, dinamita para repúblicas de aburrimiento.

Barrence Whitfield y The Savages se reunen veintitantos años después de sus días de vino y rosas en la escena underground de los años 80. No ha cambiado la historia, ni la histeria de Barrence al atacar el micro. Hoy siguen siendo músicos secundarios pero sobrados de talento para incendiar cualquier escenario.

Pasan quince minutos de la hora prevista, y a la entrada del Antzoki se mezclan quienes llaman por teléfono, quienes navegamos por la red y quienes tratan de fumar un penúltimo pitillo. En medio, una cuadrilla de veinteañeros está en pleno debate: "Si a los grupos locales no se les pagó nada, ¿por qué se le pagaron 1.500 euros al grupo ese que hacía versiones de Platero...? Si no pagas, no pagas pero si vas a pagar, dale por lo menos 200 euros a cada grupo local, que son gente del pueblo, ¿no?

Suena la música. Las vueltas que da la vida. Hablando de Platero y Tú, me levanto y veo que en la entrada está Fito Cabrales junto a varios amigos, uno me parece Carlos Raya, su guitarra solista de los Fitipaldis. Bromean y Fito se acerca al cartel de la agenda del Antzoki y señala la foto de Kitty, Daisy and Lewis.

Quinteto en escena. Y música a la carrera. En 10 minutos ventilan tres temas y el aire rockabilly de alguna guitarra explica por qué en la sala hay algunas camisas propias de los teddy boys. Un instrumental deja claro que los Savages tienen entidad propia y recalcan que, al fin, aquí hemos avanzado algo en cultura musical cuando hoy una banda como Los Coronas, de mestizo surf instrumental, se hincha a hacer bolos.

Tras ese descanso vocal para Whitfield, llega "Bloody Mary", con el saxo bien al frente y unos breaks, unas pausas llenas de cuerpo, con el silencio casi tocándote el hombro... para generar impaciencia y hacer que estalle en la sala...
El perezoso Rambling Rose reparte sabor blues y la barra empieza a crecer en actividad, inequívoca muestra de que un bolo va bien. Un solo del perfectionista Greemberg reivindica su papel de jefe de la banda, de una formación sin miedo al jump en conexión con ciertos temas de los Stray Cats [pero con más clase y menos agresividad].

"Full Is My Name", alocado rock and roll con la guitarra firme, nos lleva a los profundos años 50 de aquellos Estados Unidos que se partieron en dos cuando la música entró en cada casa a través de emisoras de radio que empezaban a emitir algo más que radionovelas, discursos políticos y clases de moral.

"Willie Meehan", otro de los doce cortes del disco que presentan en esta gira, fue echando madera a la caldera vocal de un Whitfield que, a ratos, se pasó de parrafadas sin entender que ésta es la Galia que resiste ante la difusión de los idiomas de otras partes.

Sin tregua, montando juegos con el público, el vocalista y sus Savages se fueron calentando. Y tras hora y veinte, con dos bolos bien pedidos en medio, se fue calmando la hoguera de un concierto que me hizo recordar a los andaluces The Letizias, una desconocida banda de Jaén, que también suda cuando mezcla en directo rock y música negra. La diferencia está en que ellos giran más hacia James Brown y Bo Diddley, y los Savages hacen que Barrence pueda visitar el planeta de los Fleshtones de forma puntual aunque, lo suyo, es el rock and rhythm and blues. Y no faltó un guiño ralentizado a lo Sam Cooke en un final donde perdieron algo de fuerza, como si el segundo bis fuese algo imprevisto pero, eso sí, sonando inmaculados. ¡Y eso que explicaron que algunos temas no los tocaban juntos desde hace 26 años!
Y Fito (Cabrales) marchó feliz, quien sabe si pillando alguna idea nueva...

Barrence Whitfield, crónica concierto en Bilbao

Foto: Barrence Whitfield and the Savages, noche de blues intensa en Bilbao

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