Llego al BEC [Barakaldo, Bilbao] a las 19:45 h. y ya hay una cola apreciable ante la entrada esperando que abran las puertas. Pregunto al segurata de turno dónde se pillan las acreditaciones de prensa y, lo de siempre, que él no sabe nada, que ya me lo explicarán dentro. Me uno a la cola, abren y la gente entra a toda pastilla. No lo entiendo, ¿temen que no haya entradas? Mi prima la ha sacado hace unas horas en un cajero, y quedaban por vender 3.000 y pico, y no creo que se despachen todas en una tarde.

Tras recorrer el gigantesco hall del BEC, llego a las taquillas. En un lateral hay una chica a la que pedir la acreditación. Mi acreditación al ser especial (de fotógrafo), dice, requiere esperar a un tal I. hasta las 20:30 h. hora fijada por la promotora C.F. Eventos para hacer el reparto. Es verdad, así lo ponía el email. Más o menos a esa hora, aparece I. pero quien lleva la voz cantante es otra persona y me pregunta si soy oficial o no. I. le dice que sí, que salgo en el listado de medios de comunicación como fotógrafo de LA GANZUA.

Me hacen rellenar un papel que ya tiene la mitad cubierta. Pongo nombre, medio, fecha y firma. Así se lo cuenta el de la promotora a cada fotógrafo, lo repite como un loro... pero nos enteramos mal y nos volvemos locos con preguntas de unos a otros. !Ah!, sorpresa, nos hacen cubrir de nuevo el mismo papel, dicen que se precisan dos. Estas son las normas: 1. Nada de usar flash; 2. Se hacen fotos sólo durante los tres primeros cortes del concierto de los teloneros; 3. Igual, sólo se puede retratar a Muse durante las tres primeras canciones. 4. Tras hacer las fotos, vamos a taquilla, donde confiscarán las cámaras hasta el final del concierto y nos cambiarán el foto-pase por una entrada normal para volver al recinto. Y entonces empiezan las preguntas?

-Yo: ¿Tres canciones de los teloneros y nos tenemos que ir...?

-Él: No, os vais fuera del foso y luego nos vemos a la izquierda del escenario a las 21:55 h. para entrar de nuevo al foso.

-Yo: Pero se pueden seguir sacando fotos...

-Él; Sí, pero por favor sin flash? (Y eso del flash lo repite y repite hasta la saciedad).

Bueno, anécdotas. Que no salen en foto:

1. El guarda-foso no deja pasar a un fotógrafo porque lleva una cámara digital pequeña, de esas domésticas, argumenta que no es serio, que si un miembro de Muse ve esa cámara se puede mosquear. Al final, creo que le dejaron entrar en plan estrangis.

• Otro compañero comenta que no le interesan los teloneros y que no les hará fotos, y le dicen en plan jocoso: "¡Cómo que no les vas a hacer fotos! Hay que apoyarles, están empezando....", etc. etc. Al acabar todo, hablo con él y me cuenta que le dijeron que o sacaba a los teloneros o no sacaría a Muse.

Bueno, llega el momento de entrar al foso. Nos ponemos todos en marcha, como un rebaño, y al frente un tío con una pequeña linterna. Todo está oscuro y ya han salido los teloneros, Poet in Process. Llegamos al foso, todo es seguridad. Segurata aquí, allí, hay tipos con aire de jugador de rugby por todas partes, organizadores por todas partes, están los de aquí, los del grupo... y al hacer alguna pregunta nadie sabe nada, unos se preguntaban a otros, y otros a otros. Ante la banda telonera nos dejan movernos como nos convenga a lo largo de todo el foso, a los pies del escenario, pero al salir Muse nada de eso. Ante el grupo británico, el centro se reserva para la cámara que filma el concierto. Atención, pregunta: ¿Nos podemos desplazar a uno y otro lado de la cámara? Que sí, que no, que la, la, que lo... Al final, nos ponen a 5 en una esquina y a otros 5 en la otra, y punto. Se acaban las tres primeras canciones de Muse y... ¡a fuera!

Entonces, esperamos fuera del foso para ir todos los fotógrafos juntos hasta la taquilla para entregar cámara y pase. En eso, uno de los miembros de la organización, con aire de guiri pero hablando un perfecto castellano, dice que no hace falta que devolvamos los pases ni que dejemos los equipos en taquilla... el tío me cuenta que está reventado, que lleva mes y medio de conciertos por todo el mundo siguiendo a un montón de grupos. Desde luego, el suyo es un curro raro, a lo mejor ni siquiera le gusta el rock y escucha jazz pero, claro, en ese estilo no existe su trabajo.

Bebidas, un katxi valía 7 euros, igual que cuando tocaron en el Bec Mago de Oz. Los botellines de agua que se vendieron para ver y escuchar a Muse se daban sin tapón...

Jesus Cortiñas Andrade