Myles Sanko se ha convertido en un multiusos. Así lo piden los tiempos. Influido por el soul estadounidense más clásico pero no atado a ese estilo, Myles compone, canta y produce este primer disco largo, Forever Dreaming, que debería abrirle hueco entre el mar de voces negras que brotan en Europa mientras en Estados Unidos siguen llamando soul a Justin Timberlake, Beyoncé y sucedáneos similares...
Sanko editó antes un EP tras colaborar con los Speedometer, icono del funkysoul de UK. Además, ha girado con la mismísima Martha High, corista de James Brown y si añadimos a eso el dato de que a veces revisa en directo algún tema de Otis Redding, queda claro de que fuentes bebe este barbado soulman afincado en Londres.
Este álbum es una delicia. Pasea por el soul y sonido funky más elegante. No sobra nada. Empieza a lo grande con los cinco maravillosos minutos de "Forever Dreaming", ejemplo de equilibrio entre poderío vocal y una buena banda con arreglos bien medidos. Y luego, tras dos temas más tranquilos, se crece en "My Inspiration", donde recuerda al mejor Al Jarreau.
Al avanzar en la escucha notas que el disco no decae ni en clase ni en calidad. Lo prueba su derroche de feeling en "To My Surprise" y al mostrar su cara más bailable en "Save My Soul", corte que suena justo antes de "Take A Look At Me Now", tema donde hay que destacar un hermoso solo de piano para aclarar que Sanko no se mira al espejo demasiado a diferencia de otros, de hecho, el tracklist incluye dos instrumentales, "Lonely Dreamers" y "To My Suprise".
Estas 11 canciones forman el notable debut largo de un soñador que mira hacia adelante guiado por quienes inventaron un género, el soul, que gracias a él sigue muy vivo en pleno siglo 21.