La Bien Querida, pop bien querido con momentos malheridos
Por: Xabier Sanmartin / Fotos: Raquel Calvo / L. G.
La Bien Querida, alias de Ana Fernández-Villaverde, bilbaína afincada en Madrid, camina esa escena pop de locales nocturnos donde conviven New Order y Los Planetas. Ella canta y cuenta de amores, unos en llaga o beso en vuelo y otros de amanecer abrazados... o a veces, ni eso. Está de gira con un nuevo disco llamado Brujería, presentado en la sala Malatesta de Santiago entre luces y nieblas.
25 Enero de 2020 en sala Malatesta, Santiago de Compostela
- · Grupo: La Bien Querida.
- · Público: Unas 250 personas. Tres cuartos del aforo.
- · Precio: 18 euros en venta anticipada.
- · Promotor: San Miguel On Air.
La Bien Querida es un nombre clásico de nuestra escena pop, de ese pop del sello indie Elefant Records, donde ella suma ya seis discos largos. Eso le permite tener ya una docena de canciones bonitas y vivir en este 2020 el mejor momento de su carrera con algún que otro sold out. En Santiago, en la Malatesta, empezó su concierto hacia las 22 horas con casi tres cuartos del aforo cubierto y el detalle organizativo de los promotores de invitar a la primera consumición a la prensa acreditada.
La Bien Querida tiene una voz justa, delicada, y queda algo en evidencia cuando tiene que partir desde muy bajo o buscar matices, por eso viaja arropada por una teclista que pone buenos coros, por eso canta letras propias (casi todas), así, sin prisa... crece con su estilo liviano de pop algo afrancesado con estética lánguida pero encanto, mucho encanto, más si entras en sintonía con su propuesta estética.
Actuando arropada por teclista, bajista, batería (sonó demasiado alto) y un guitarrista que puso coros desiguales, tocada con traje pantalón negro y su eterno flequillo, Ana cantó delante de unas luces altas desde el fondo negro del escenario, con los focos difuminando su rostro, perfilando su figura delgada.
Entonó serena para un público cómplice, con mayoría femenina y vestido de... no todos los viernes voy de concierto, no todos los viernes comparto emociones con La Bien Querida y... los sentimientos bien o malheridos, según el día, según la vida.
En la primera media hora, destacó "Muero de Amor", un temazo con alegre crescendo que ella anunció como... "Ahora, vamos a morir de amor". Es un corte dulce, con alma de vals. Aquí sonó con bastante protagonismo para el teclado pero con la voz de La Bien Querida más suelta, por ejemplo, que en pasajes más lentos, caso de "Dinamita", composició, esó sí, notable, evocadora.
Alternando micro a dos manos con una guitarra acústica, nos fue guiando, con la banda casi a oscuras en escena, y ella, La Bien Querida, bien aplaudida, dando las gracias de forma breve pero sincera, dando vuelo a un repertorio que además incluyó en la primera mitad "Poderes extraños", una joya de su disco de 2015, titulado Nocturnidad.
Tras una hora de show, se fueron para volver con el bis esperado y necesario. Arrancaron con la maravillosa "7 Días Juntos", tema que adaptó para ella Joan Miquel Oliver, el genio de Antonia Font (nuestra escena no hizo justicia con este grupo mallorquín). Ahí, La Bien Querida, Ana y la banda entera, danzaron suave, sedujeron, nos llevaron de la mano... bailando, bebiendo, toda la noche... en un pulso imaginario, compartido... entre el querer y el huir hacia adelante.
Se marcharon de nuevo, con Ana diciendo... "¿No teneis casa?" Y retornaron para cantar dos temas de tatuar en el cuerpo de nuestra historia indie pop, "La Fuerza", que ella ha grabado con el viento a favor de Los Planetas, un corte evanescente, mágico, de esos con texturas (recurso muy habitual en el estilo pop de esta mujer, como lo es repetir las estrofas iniciales en varios temas) y luego escuchamos... su gran hit, la deliciosa "Y a veces ni eso", buen final para un concierto de hora y media justa, yendo de menos a más, con una segunda mitad brillante de luz hasta en la sombra tras un arranque dubitativo.
Ah, y tras irse aplaudidos, ¿adividad que grupo empezó a sonar por la megafonía de la sala santiaguesa mientras se iba vaciando su interior? Sí... Los Planetas.
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