Robe Iniesta, cantante y letrista de Extremoduro, ha rechazado la posibilidad de poner su rostro en la portada de este debut en solitario, algo muy significativo. Robe quiere estar escondido. Lo está desde hace años aunque su banda de rock regresara hace un par de años con un disco, Inmensa Minoría, lejos, eso sí, de sus mejores trabajos. Hoy, Robe se reinventa para firmar las 8 canciones que abren su carrera por cuenta propia y lo hace a fuego muy lento, dulce, romántico, ñoño a veces, por qué no decirlo. Así suena:

"Un Suspiro Acompasado" es larga. Dura nueve minutos. Arranca con una pesada apertura instrumental llena de violines de casi dos minutos en leve crescendo hasta que entra un Robe enamorado que espera que ella le cuente "sus noticias más urgentes". No está mal pero, esperas más.

El álbum sigue con "Y Rozar Contigo". Aquí encontramos sacudidas de rabia, breves, taquicárdicas, esas tan propias de los Extremo pero con una jauría de violines que da paso al silencio para esos quiebros donde tanto le gusta a Robe juguetear con el lenguaje "tic, tac... tiqui, taca, tiqui, taca..." . Escribe frases bonitas como: "dentro del sueño no me obedece el corazon". Hay nivel.

"Nana Cruel" confirma que a este trabajo le falta mala leche. La voz del extremeño late sin fuerza, demasiado, sin que la poesía de su letra tome vuelo pese a un cálido solo de saxo. "De Manera Urgente" es la apuesta aflamencada. El cantante pone voz más aspera, con un fraseo de sabor a tierra y arreglos de aire arábigo en lo que supone el mejor momento del disco porque, siendo breve, te llega muy adentro.

"Por Ser un Pervertido" también arranca con aires de costas árabes, suave, leve, con una marinera intro de saxo. Es la letra más pegadiza de las ocho aunque notes, no sé, que tampoco logre ser un clásico de la trayectoria que ha hecho de Robe un guía endiabladamente influyente en nuestro rock. "Ruptura Leve" parece una broma de apenas minuto y medio. Tiene aroma de descarte o de puente que tendría más sentido en un disco más largo. Es un quiero sin puedo.

En "Guerrero" dice... "Como buen guerrero, niego que la quiero..." Sí, Robe, ese músico convertido en icono de los paisajes negros donde la luna se viste de sombras hoy es otro, es ese de ayer y no lo es. Hoy prefiere hablarnos de "cielo azul" mientras le tiran mil dardos para pincharle este globo de canciones hermosas, de rosas con poca espina cuando él antes ofrecía cáctus capaces de alojar una rosa. "Guerrero", sin duda, está entre lo mejor del disco.

"Contra Todos" es, "una canción para mi necesaria", dice Robe. Quizá lo sea Robe pero para el resto lo sería más si la letra estuviera más pulida porque falta el brillo de esas metáforas tan seductoras como hirientes que los fans de Extremoduro llevamos tatuadas en vena. "Incendiario, dicen que soy incendiario...", canta Robe, verdad a medias porque su hoguera sufre por echarle exceso de azucar. Robe Iniesta ha grabado Lo que aletea en nuestras cabezas con músicos extremeños, conexión con su tierra que se une a otras como la Medalla de Extremadura que le otorgó el anterior Gobierno autonómico [presidido por el PP con IU].

Ese quinteto que le apoya aquí está formado por Carlitos Pérez, David Lerman Lorenzo González, Alvaro Rodríguez y Alber Fuentes, un repóker al que hay que aplaudir porque su papel no es nada fácil y salen muy airosos, que no es poco.