La cercanía entre Antonio Galvañ (Yecla) y Nacho Casado (Elche) no es solo geográfica, sino que quienes les seguimos desde hace tiempo podíamos apreciar claramente las conexiones musicales entre ambos músicos. El pop melódico y atemporal de Parade y la influencia brasileña en los discos en solitario de Nacho Casado parecían predestinados a converger, y este disco a dúo nos muestra esa unión artística. Delicatessen para oídos exigentes.

La extensa carrera de Parade (un cuarto de siglo y 11 discos, nada menos) ha ido evolucionando desde sus primeros discos inspirados en un mundo retrofuturista repleto de personajes robóticos con sentimientos humanos, pero siempre cantando al amor y a la soledad con melodías atemporales y el buen gusto como bandera, como atestigua su anterior trabajo, "Mares poco profundos" (Jabalina, 2022). Por su parte, Nacho Casado acumula también una interesante carrera desde su proyecto en pareja como La Familia del Árbol a sus 3 discos ya en solitario, con una mirada clara a Brasil, el último de ellos "Disco Bleu2 (Hidden Track, 2022).

La convergencia de dos músicos como Galvañ y Casado, con su gusto por la melodía, los arreglos precisos y las formas más clásicas del pop, despertaba unas expectativas muy altas a priori. A veces lo que de entrada parece obvio no acaba resultando tan redondo, pero en esta ocasión hay que decir que ambos han sabido encontrar un buen punto de equilibrio entre sus respectivos mundos, construyendo un disco en el que se van alternando en el timón sin por ello dejar de mantener un rumbo claro y homogéneo. Son reconocibles las canciones de cada uno, pero el disco transcurre de manera natural, sin sobresaltos. La cercanía de Nacho Casado a la bossa nova ya se muestra en el delicioso corte inicial, dando paso a una canción con el estilo inconfundible de su compañero de aventura, el single “El lindo amor”.

El intercambio entre ambos mundos nos lleva y trae por aguas templadas y tranquilas hasta terminar la cara A con una preciosa “Cousteau”, donde Nacho Casado toma el mando para añadir unos medidos arreglos orquestales que nos acercan al universo de Burt Bacharach. 

La cara B comienza con una de las habituales gemas pop del mundo de Parade y sus odas a la soledad, “Clon rezagado”, para mostrarnos seguidamente al Nacho Casado más melancólico en la delicada “Verano”. Galvañ se lleva a su terreno el clásico de The Blue Nile en “Mañana mismo” y el camino va llegando a su final con una última luminosa alternancia de universos personales, para firmar un equitativo empate a todo que nos deja con ganas de una brillante prórroga.

Para paladares exquisitos, uno de esos discos que tendría que estar en las estanterías de todo buen degustador de la música pop más atemporal y clásica.