A los músicos de Argentina y Uruguay les pasa que términos como "corto" no aparecen en su diccionario. Algunos me gustan pero siempre los veo largos, excesivos, algo pesados. Me pasa con Fito Paez, al que descubrí tarde, y de quien tengo varios discos que escucho con cuidado porque Fito siempre larga de más [aunque le adoro], y a Martin Buscaglia le pasa algo similar.
Imagino que ellos pensarán lo contrario de nosotros, dirán... justo al reves, que somos simples, demasiado parcos. ¡Quién sabe!
Temporada de conejos es un disco editado aquí por Love Monk, un sello cuyo exquisito catálogo asegura que la escucha valdrá la pena, y... así es, pero estos 16 temas se me hacen un recorrido algo largo, y acabo cansado.
Cuando Martín se pone luminoso, cercano al funky y aire rítmico de Brasil o bandera groove, ahí, digo que sí, que me voy con él a cazar conejos a donde sea. Disfruto mucho escuchando canciones como "Jaula de motos" o "No vamos a parar nunca" [hit
bailable], por destacar dos de la primera mitad del disco, la mejor, incluyendo un genial blues a medias con Kiko Veneno ["Blues del carrito"].
En la segunda parte del viaje, siento desilusión. Me pierdo entre un exceso de palabrería, destacando el regreso de la luz de "Cortocircuito" y antes... "Si no está roto no lo arregles", del resto del tracklist me llega poco porque entre tanto fraseo...  noto que me falta el aire.
Vale la pena destacar que el album tiene mucho trabajo a nivel de producción, con Martín metido en todo, desde las voces a la guitarra o unos teclados, y quizá sea ese excesivo ego lo que quiebra el encanto, aparte de algunos giros coloquiales que me dejan fuera de juego [en Sudamérica entenderán mejor].
Lo distribuye Nuevos Medios y me encantaría saber en qué se plasmaría si Buscaglia viniese aquí con banda para dar conciertos a lo largo de este 2010.