Ep.

Kovalski son de Madrid aunque despiste que tengan por invitado a uno de los iconos del indie rock granadino, Antonio Arias [Lagartija Nick]. Empiezan sonando a toda hostia con Arias de eficaz apoyo y no se desinflan, no. En el resto del disco queda claro que este segundo disco les ha hecho crecer como banda.
Alberto Olivan, guitarrista y cantante, tira del cuarteto. Canta con actitud, con convicción, aprobando la asignatura que peor lleva nuestra escena alternativa.
"El aire que quedaba" y su clima inquietante, avisa de que esta banda no graba el disco porque se aburra en el sofá. En "Algo ha salido mal", trallazo de slezy rock con chulería arriba, las guitarras huelen a escuela de rock and roll escandinavo, con la ventaja de que les entiendes, y ojo a la letra... "No soy feliz, no soy feliz, y me lo habiais prometido, le gritaba enfurecido el cordero al carnicero, nunca te fies de alguien si no puedes disparar primero". 

"Ciegos con pistolas" es, junto a "Tu silueta", el tema más pop del EP, pero tiene la virtud de ser breve e incluir un guapo dibujo de teclados como cierre.
El master y la mezcla son cosa de Manuel Cabezali, ese guitarrista que tras años tocando en Havalina, ha ganado popularidad desde el trampolín que supuso ser miembro clave en la banda que arropó a Russian Red en la gira de su primer disco para suplir a Brian Hunt.
Los Kovalski se han marcado un EP que obliga a seguirles.