Jorge Salán ha estado 4 años como guitarrista de Mago de Oz, banda que afrontará un 2012 de descanso después de que su vocalista, José Andrea, abandonase el barco, pero... Jorge sigue creciendo.
Aquí, hacer carrera en solitario como guitarrista rock es una locura, por eso su nuevo disco porta título de combate. Le toca pelear, y lo sabe. Es su sexto trabajo, quinto si descontamos que el último fue un dvd en vivo basado en el álbum previo, Subsuelo [Pagana, 2009]

Salán empezó su trayectoria con discos instrumentales pero luego dio un paso al frente para asumir la voz y hay que admitir que cumple a nivel vocal, otra cosa son las letras, punto débil de este álbum que arranca de forma tremenda con "Depredador".

Este guitarrista de talento suena a buen hard rock americano sin olvidar que América es mucho más que Estados Unidos [de adolescente estudió en Berkeley] porque no puedo evitar relacionar su sonido con esa banda argentina llamada Rata Blanca, donde la guitarra es cosa del gran Walter Giardino. 

Destacaria el toque arisco de "Reflejos del ayer", con una base rítmica de eco rap metal y algún solo de matiz arábigo, igual que "Mar de Cristal" lo tiene celta [en su segundo disco, From Now On, colaboró el violinista de Celtas Cortos, aquí lo toca Roberto Jabonero], todo dentro de un tracklist que confirma la madurez de este guitar hero madrileño.

Hay un corte de textura progresiva ["Depresión"] otro de alma blues ["La lluvia quedó atrás"], un acústico ["Cero 16"] y dos cortes finales algo extraños, uno... "Sinfonía subterranea", con letra de Carlos Tarque, vocalista de M-Clan, donde suena un saxo que lleva la composición al terreno de ese jazz rock norteamericano que suena en los ascensores; y... "Dulces sueños", versión de una canción original de El Ultimo de la Fila, donde queda claro que Jorge Salán ganaría con un buen letrista a su lado.

Solo espero que Jorge pueda montar una buena banda para presentarlo en directo con riff depredador.