El nuevo disco de los Arctic Monkeys, llamado "The Car" (Domino, 2022)  abre sus 38 minutos con un corte de pop cristalino, evocador, llamado "There'd Better Be a Mirrorball", que avanza a paso tranquilo con abundancia de arreglos orquestales. Es una preciosidad que indica ya por donde va este séptimo trabajo del grupo británico.

En "I Ain't Quite Where I Think I Am", los de Sheffield ya si parecen más lo que son un grupo de indie pop rock adulto. Así lo anuncia su misma intro con un wah wah setentero de alma funky, sin que falten los arreglos de cuerdas para dar épica a un álbum cuya portada evoca los paisajes solitarios del pintos estadounidense Edward Hopper. 

En "Sculptures of Anything Goes" suenan más hoscos, inquietantes, con la voz de Alex Turner (cantante y compositor de la mayor parte del trabajo) soberbia en los matices, gobernando el tempo al estilo del mejor Nick Cave en tierras sombrias (casi, digo)...

Luego escuchamos "Jet Skis on the Moat", con sabor a Beatles porque, después de todo, este grupo british no puede renegar de su ADN. Esta canción resume la magia de todo buen disco, te deja algo indiferente pero te gusta. Y no sabes bien cómo explicarlo.

"Body Paint" es otro de los temas que no es la alegría de la huerta porque, seamos claros, Turner, el cantante, tiene 36 años y ya sabe que a partir de esa edad las consecuencias de una resaca se cuentan por días no por horas. Aqui suenan metales, coros y se ofrece un pop vaporoso que remite al David Bowie setentero a lo largo de casi cinco minutos de viaje.

"The Car", corte que da título a este álbum con abundancia de arreglos de viento y metales, se despliega suave, tecla a tecla desde el piano, con escapadas de la percusión añadiendo épica hasta cuadrar una canción tan bonita como ligera, perfecta definición de lo que es cierto pop maduro.

A continuación viene "Big Ideas", el tema más orquestado del disco, el que menos voz tiene, el más cinematográfico...

Entre Bowie y el Marvin Gaye más comprometido late "Hello You", composición llena de violines dulces (sin excesos), puro soul, pura alma.

"Mr Schwartz" sigue la coherencia del álbum, con ese punto de dramatismo que no rompe pero amenaza (la percusón palpita y el piano calma), y sientes que estás escuchando un melodrama indie.

El disco concluye con "Perfect Sense", la canción más corta, una caricia que sella un disco notable que sonará en la gira de conciertos de Arctic Monkeys en 2023, con parada en el festival Bilbao BBK Live 2023. Y qué gran pareja harían con ellos los Tindersticks y su indie pop melodramático del que tanto me acuerdo al escuchar "The car", un coche al que conviene subirse sin prisa.