Vetusta Morla, de la transformación a la madurez de La Deriva
Por: Raisa Iratxe García Isasa
Vetusta Morla nace en Tres Cantos (Madrid) a la sombra del verano del 98. Hoy ellos son Pucho (voz), David García "el Indio" (batería), Álvaro B.B. (bajo), Jorge González (percusión, programaciones), Guillermo Galván y Juan Manuel Latorre (guitarras, teclados).
18 Mayo de 2014 en Kursaal, Donostia San Sebastián
- · Grupos: Vetusta Morla + Zoé.
- · Público: Aforo completo.
- · Precio: 11,19,14,27,31 euros.
Vetusta Morla nace en Tres Cantos (Madrid) a la sombra del verano del 98. Hoy ellos son Pucho (voz), David García "el Indio" (batería), Álvaro B.B. (bajo), Jorge González (percusión, programaciones), Guillermo Galván y Juan Manuel Latorre (guitarras, teclados). Atrás queda su paso por diversos concursos (Concurso Musical de Hortaleza, Concurso Estatal de Pop-Rock de Rivas Vaciamadrid, Concurso de Rock de Moratalaz y Villa de Madrid) donde además de buenos resultados, adquirieron soltura. Dejan a un lado sus camisetas junto con su timidez de noveles y agarran una desmedida madurez con su estilo mod para presentar en Euskadi su último trabajo, La Deriva (Pequeño salto mortal, 2014), su tercer albúm largo de estudio.
El cartel de aforo completo cuelga en la ventanilla al entrar en el Kursaal. Son las siete de la tarde, aún no ha llegado la mitad del público y los técnicos de sonido aún ultiman los ajustes. Todo parece ir bien salvo por los típicos retrasos de estos casos.
En esta gira les corresponde a los mexicanos Zoé la función de telonero. Vetusta Morla hizo lo mismo cuando Zoé estuvo girando por México en marzo de este año. Este grupo centroamericano está considerado uno de los más famosos del pop rock de Latinoamérica tras una primera demo autoproducida, Demo Olmos, que contenía las pistas de su posterior primer álbum, Zoé (Sony Music, 2001).
Zoé giran para presentarnos su último trabajo, Programatón, (Universal Music, 2013) y para hacerse un hueco en el panorama estatal. Pasados quince minutos, cuando el escenario está vacío, una distorsión sonora nos avisa de su entrada con León Laguerri (voz) a la cabeza, Sergio Acosta (guitarra), Ángel Mosqueda (bajo) Jesús Báez (teclados) y Rodrigo Guardiola (batería) en la retaguardia.
Uno de los sucesos que ensombrece su actuación, siendo sincera el único suceso, es el pésimo sonido, un doloroso momento prolongado en el tiempo durante casi una hora. Ni podemos escuchar sus letras, ni disfrutar su set. León se despide con un Namasté, y en mi yo interno deseo que este bolón, en lugar de relajarles les active para mejorar las cuestiones técnicas y ofrecer un mejor fin de gira.
Lo que les sucedió a Zoé en el Kursaal no ha sido anecdótico porque, según me informan, en Bilbo se escucharon idénticas quejas. Y como cita la canción "Arrullo de estrellas" (Programantón, 2013) "difícil que nos volvamos a encontrar y que mostremos amor eterno" si las cosas no cambian.
Tras unos veinte minutos de retoques técnicos, las luces se apagan, se hace el silencio y brota el sonido, el sonido bueno, rebueno, de esos que te hacen pedir más.
Aparece primero el cantante Pucho, con un punto de luz que le acompaña hasta llegar a su sitio con una tumbadora-comba. Rompiendo el silencio percute, y poco a poco salen los demás miembros de Vetusta Morla posicionándose en su lugar. Uno a uno comienzan a acompañar melódicamente a Pucho. Todos tienen un estilo de farola que les ilumina suavemente, simulando –y logrando- una atmósfera intimista.
Es "La Deriva" (La Deriva, 2014) la que se encarga de dar comienzo al repertorio. Perfecta elección "Hay esperanza en la deriva", y vosotros chicos, me dais esperanza en esta tarde. Continúan con "Fuego" también del último trabajo, mientras tanto... una cortina blanca se despliega a sus espaldas donde se proyectan sombras y recursos visuales. De ahí pasan a "Golpe Maestro" (La Deriva, 2014) y es ahi cuando Pucho grita "Kaixo, disfrutad de esta deriva en la que estamos inmersos".
Tocan luego otra nueva "La mosca", seguida de "Qué harías tú si al despertar..." y entonces yo me pregunto ¿Qué haría si al despertar fuera una instrumentalista como alguno de ellos? Posiblemente me asustaría, a priori, y luego disfrutaría con ese don.
No falta tampoco en su set list "Lo que te hace grande" (Mapas, Pequeño salto mortal, 2011), canción tan grande como ellos. En el auditorio, casi todos estamos disfrutando, ambiente cortado por la timidez característica de las y los giputxis [los de Gipuzkoa] que no terminan de levantarse para intentar seguir las coreografía y el ritmo de Pucho.
Dejamos atrás, "Un día en el mundo" (Un día en el mundo, 2008) y "Maldita dulzura" (Mapas, 2011) y con "En el río" (Mapas, 2011) todos entre el público decidimos perder la vergüenza y levantarnos para bailar. La cortina blanca, como de una etapa finalizada se tratase, se deja caer.
Durante el crescendo del concierto, tambien hay tiempo para cantar con Pucho uno de los himnos más identificativos de Vetusta Morla, "Copenhague" (Un día en el mundo, 2008). Al escucharla, ya nadie se quiere sentar (a no ser que hubiera mucho cansancio) y al llegar después "Valiente" todos sentimos una inyección de emociones.
Tras hora y media de actuación, llega el primer parón. Reaparecen a los pocos minutos, justo para refrescarse mínimamente. La gente quiere alargar el momento de la despedida y parece que lo conseguimos cuando se hace un segundo bis.
"¡Alto! He visto llegar..." el fin y no quiero.
Demasiado mimo a cada actuación para que el duelo al finalizar cada concierto sea sencillo.
Si al concluir el show, te quedas con ganas de más o el propio subidón te anima, toca ir a por discos y demás merchandising.