18 Febrero de 2012 en sala Capitol, Santiago de Compostela, A Coruña

• · Grupos: Sidonie.
• · Público: Unas 500 personas.
• · Precio: 15 euros en venta anticipada, 20 taquilla.
• · Promotora: Heineken music Selector.

Sidonie saben cómo hacer un concierto entretenido. Son uno de los pocos grupos de nuestra escena que lleva equipo de luces propio para tocar en salas, tienen muchas tablas pero han perdido alma. Siguen sin tomarse demasiado en serio a sí mismos, toda una virtud, y saben que tienen 8 o 10 canciones capaces de sobrevivir al paso del tiempo aunque dudo que su nuevo disco, El fluido García, aporte nuevos clásicos.

Sidonie y su habitual actitud festiva son un seguro para empezar un concierto con sonrisa, y eso siempre se agradece.

Nada más llegar me pareció que éramos menos que en su bolo de hace dos años en esta misma sala, y al comentarlo... coincidimos varios en que sí, calculando que unos cien menos. Arriba, ellos eran uno menos, con el asturiano David T. Ginzo asumiendo él solo guitarra de apoyo, teclados y hasta coros bien logrados, confirmando que su fichaje es un acierto. Por cierto, al presentarle, parte del público llegó a cantar "Asturias Patria Querida", algo incomprensible salvo que allí hubiera fans asturianos...

Apoyados con un cuadro de luces que rodeaba a Axel Pi, batería, como si tocase dentro de un portal de belén, la banda llenó el escenario con juegos de sombras para reforzar la vocación sicodélica del nuevo álbum, con ellos entre nubes de humo en un show de puro entertainment.
Eso sí, Marc Ros, vocalista, se excedió en parrafadas y en saludos para ganarse a un público crecido por ser noche de Carnaval...

Los temas novedosos se fueron alternando con el viaje a trabajos previos, desde "Feeling down", aquel hit de cuando cantaban en inglés a "Fascinado" u otras como la lograda "Los Olvidados", o la evocadora "Sidonie goes to Varanasi" [aromas de sitar made in George Harrison con cierre simpático al decir: "Sidonie goes to... Santiago", con Marc y Jesús Senra, bajista, compartiendo micro].
El propio Senra cantó un tema, "La Huida", composición suya donde anduvo justito de voz.

Varios cortes tuvieron bestiales quiebros instrumentales de genuino indie rock británico [el que puede unir en un riff a Paul Weller y Kula Shaker] que fueron lo mejor del show junto a su tremendo bis. Y entre esas exhibiciones de sonido [sonaron alto pero con Marc dando una lección de dicción] supieron levantar el pie en tempos suaves como "Bajo un cielo azul de papel de celofán" o "Giraluna", que no les quedó tan bien como en 2010 porque ni nos agachamos, ni se logró intimidad, ni la voz estuvo tan centrada aunque, lo dicho, fue un momento entretenido porque Marc apareció entre las primeras filas cantando subido a un Segway, ese aparato motor de dos ruedas para conducir de pie en equilibrio.

En el bis, Sidonie se salió, con 20 minutos para llevar la actuación muy arriba. Ahí sí, sonando con más entrega, sin parar un minuto entre canción y canción, derrochando más feeling... el clima creció. Apoyados en "Carnaval", "Nuestro baile del viernes" [de lo más coreado] y la ardiente "El Incendio", la fiesta se desató.
Esas tres son canciones redondas que igual que llegan a un público que no se considera indie pueden disgustar a quien prefiera una instrumental más elaborada, cosa que no comparto porque no hay nada más difícil que hacer canciones de guitarras, alma y estribillo, y en eso, Sidonie va por delante de muchos grupos aunque El Fluido García sea presentase en un concierto tan entretenido como algo carente de alma.