Quique González en Santiago: ¿para qué cambiar lo que está bien?
Por: Ántar Vidal F. / Fotos: José Lino Vidal
A estas alturas de la película Quique Gonzalez ya no sorprende a nadie. Durante todos estos años se ha puesto el listón tan alto que parece imposible que lo supere algún día. Pero, ¿de verdad haría falta superarlo? ¿No nos llega con las docenas de grandes canciones que ha compuesto en todo este tiempo? ¿De verdad, nosotros, el público, seremos tan avaros y llegará el día en el que Quique González nos aburra? Si ese momento llegara, estaríamos siendo terriblemente injustos, y en la Sala Capitol de Santiago el madrileño nos explicó bien por qué.
13 Julio de 2019 en sala Capitol, Santiago de Compostela
- · Grupo: Quique González.
- · Público: Unas 800 personas. Entradas Agotadas. Lleno.
- · Precio: 24 euros en venta anticipada, 28 euros en taquilla.
- · Promotor: Art Music / Cultura Es Rock / Xirón Comunicación.
Si bien es cierto que, hasta el momento, Quique Gonzalez nunca "superó" ese listón lanzando un disco que rompiera con todo lo que había hecho hasta el momento, sería mentir decir que alguna vez ha estado por debajo de su mejor nivel. No se necesita mucho más que canciones buenas y bonitas que lleguen al corazón del público, y en España, pocos le ganan en eso a Don Enrique. De todas formas, esto ya lo sabíamos todos.
Todo comenzó con "Fiesta de la luna llena" y ese verso final que resume bastante bien la carrera del músico: "me siento like a rolling stone", porque Quique tiene mucho de Bob Dylan. Siguieron con "La fábrica" y "Sangre en el marcador", uno de los mejores temas de su último álbum de estudio Me mata si me necesitas.
No estaban como banda Los Detectives, o al menos no en su integridad, pero, para mi sorpresa, a la guitarra estaba Álex Muñoz [abajo, en la última foto] nada más y nada menos que el chico que produjo los discos de Margo Price, colaboró con Willie Nelson y tocó al lado de la fantástica Nikki Lane (¡no os la perdáis en su visita a España este invierno!). En resumen: un joven prodigio de la Americana con sólo 28 años. Además, esta vez también se trajo una pedal steel guitar: creo que no existen canciones que no mejoren con este instrumento. Gracias a Álex las canciones cobraron una nueva perspectiva.
Tocaron esa versión de "Kamikazes" ya imprescindible en sus conciertos y el público cantó más alto que hasta el momento, pero más bajo que con "Pequeño Rock & Roll". Sonó "Clase media", esa gran canción tan huérfana -no está en ningún disco-: parece increíble que en menos de cinco minutos se pueda resumir tan bien la sociedad actual desde el punto de vista de cualquier individuo de clase media. Porque si bien Quique es un romántico que canta sobre amores y se inspira en los grandes de Estados Unidos, también sabe mejor que nadie reflejar el día a día en España (y eso que no tocó "Dónde está el dinero", sobre esa gente a la que le gusta quedarse para ellos lo que es de todos).
Mientras "los indies se organizan en bloque", aún quedamos unos cuantos a los que nos gusta la Americana y este hombre es el mayor exponente en nuestro país de este género. Por eso digo que nunca nos ha fallado: siempre se ha mantenido fiel a este género que escasea en estos tiempos que corren. Y, de alguna forma que no consigo descifrar del todo bien, llega a todo el mundo. Entre el público había niños, mayores, clase media y clase que no parecía tan media. ¿Cómo lo hace? ¿Es posible gustarle a todos?
(Bueno, a todos no. Al salir escuché a un tío decir que el concierto había sido "una mierda", pero no vamos a tener en cuenta su opinión, ya que tenía un hacha tatuada en la cabeza -y no lo digo por el hecho de que tenga un hacha tatuada, sino más bien porque el country rock no parecía su tipo de música. Lo que no me explico es cómo llegó a parar ahí).
Hacia el final de este concierto en la sala Capitol, sonó cómo no, "Salitre", y cerraron el bis con la emotiva "La casa de mis padres", "Y los conserjes de noche" y "Vidas cruzadas".
En definitiva, un concierto redondo de Quique González y su grupo. Son unos músicos increíbles, pero lo más importante de todo, por encima del talento individual de cada uno o lo bien que se entiendan entre ellos, están las canciones. No tiene una canción mala, y las menos buenas (que son pocas), ya no se molesta en tocarlas en los conciertos ¿para qué, si has compuesto canciones como "Miss camiseta mojada", "Dallas-Memphis" o "Tenía que decírtelo"?
Sin embargo, se echa de menos a Nina [cantante y teclista de Morgan]. Quizá no durante todo el concierto, ni, a diferencia de una gran parte del público que la pidió en varias ocasiones, tampoco eché en falta "Charo". Pero momentos como en el que ella adquiría todo el protagonismo en "De haberlo sabido" no he experimentado muchos. Parecía que Quique había compuesto esa canción para ella mucho antes de conocerla. Parecía que estaba hecha a medida para la voz y carácter de Nina.
Esta gira es corta. Sólo son siete conciertos en seis ciudades, pero auguro que pronto volverán a la carretera. De hecho, publicará un nuevo álbum el 18 de octubre. Hasta el momento, los que lo hemos visto en Santiago tendremos que conformarnos con el recuerdo de un concierto fabuloso.