Pink Martini... una copa de glamour y hielo de nostálgia
Por: Iñaki Luis Fajardo
Pink Martini ha llenado el Teatro Lope de Vega en Madrid, en un concierto raro, ahora sabréis por qué. Sintonizan con la banda sonora de los años 40 y 50 del siglo XX.
27 Julio de 2010 en Teatro Lope de Vega, Madrid
- · Grupos: Pink Martini.
- · Público: Casi lleno.
- · Precio: 23 euros.
- · Promotora: Pasión Turca.
Pink Martini ha llenado el Teatro Lope de Vega en Madrid, en un concierto raro, ahora sabréis por qué. Sintonizan con la banda sonora de los años 40 y 50 del siglo XX, ofreciendo swing mezclado con ecos de las orquestas cubanas de 1930. Son un grupo famoso por sonar en varios spots de publicidad pero también son algo más. Lo suyo es el glamour decadente, el del cine clásico y noches bajo la luna tomando un martini.
Pink Martini es una pequeña orquesta norteamericana, conducida por Thomas Lauderdale, su alma mater. Y esta visita les ha traido a Europa para presentar su nuevo disco, Splendor in the grass, sí... Esplendor en la hierba como aquella mítica película con Natalie Wood y Warren Beatty, subrayando así su conexión cinéfila.
Esta banda tiene un repertorio políglota, donde caben canciones en francés, italiano, inglés, castellano o portugués, dentro de un esquema multi-instrumental hecho a base de piano, chelo, violín, percusión, batería, contrabajo... todo ello les hace capaces de tejer un pop repleto de matices.
La Noche se abrió con el tema "Let´s never stop falling in Love", del disco Hang On Little Tomato... A los reporteros acreditados con pase para medios gráficos sólo nos dejaron hacer fotografías durante las tres primeras canciones y sin flash, exigencia habitual cuando quien pisa el escenario tiene cierto nombre a nivel internacional.
Y... nada más acercarme al escenario, supe que tendría problemas porque sólo podía fotografiar desde el pasillo central del teatro, con las consecuentes molestias para parte del público allí sentado en las primeras filas, y los laterales del escenario. A pesar de las pésimas condiciones para moverse con comodidad en busca del mejor encuadre frente a la banda la organización fue muy amable y correcta con los fotógrafos una vez recogida la invitación.
Terminado con nuestro trabajo, fué el turno del fotógrafo del grupo, que, ¡con flash!, tomó el relevo para hacer fotos que suelen quedarse tanto los organizadores del evento como el propio grupo para su book.
A su vez, aunque la banda tiene un repertotrio de sonido antiguo [que no viejo] y una estética de glamour algo decadante, no desconocen el siglo XXI, y mientras tocaban se les fue filmando con una cámara reflex digital y su empuñadura, cosa que está muy en boga últimamente en las vanguardias fotográficas.
Buena y sobria iluminación, con la cantante China Forbes apareciendo radiante e irradiando carácter y estilo, enfundada en un vestido largo de color azul bajo un rostro donde se podía advertir la positiva comunión entre grupo y público.
Y todo conducido por Lauderdale al piano, confeso admirador de Almodóvar...
Pronto dieron muestras de cariño hacia su audiencia madrileña, sobre todo Lauderdale, que hizo un esfuerzo por dirigirse a los presentes en la lengua cervantina. Poco después sonaron canciones de trabajos anteriores como "Anna" [el negro zumbón], y esas reminiscencias de Moline Rouge del tema "Sympathique". La primera canción del nuevo disco fue, "Ninna Nanna", romance entre marinero y sirena, según tradujo un anónimo miembro de esta banda de doce componentes. Su frase propició momentos de carcajadas y sonrisas, prueba del buen rollo que presidía el Lope de Vega. La canción más aclamada fué "Amado mio", el famoso tema de Gilda, película clásica protagonizada por Rita Hayworth, y aunque no pude ver el final del concierto porque a los fotógrafos nos echaron antes y no entendieron que tenía pase de prensa también para seguir el show sentado... me dijeron que en esta gira suelen acabar con "Piensa en mi", clásico de Agustín Lara, y con "Brasil", guiño a su amor por los sonidos cálidos.
En definitiva, música cosmopolita y para todos los públicos. Pink Martini es una formación que irradia ritmo, sublimes arreglos, belleza algo nostálgica, sentimiento y sensibilidad. Seguro que Paloma San Basilio salió fascinada al escucharles por primera vez desde uno de los palcos del teatro.
Los fanáticos o los nuevos admiradores se agolparon formando larga cola al final del concierto y, amablemente, los miembros de la banda se dedicaron a firmar infinidad de discos, o eso imagino, ya que así estaba anunciado en el cartel del concierto.