Noa, gran noche con invitados en Inverfest Madrid
Por: Sergio Santos S.
El ciclo Inverfest de Madrid ha cumplido su quinto aniversario animando los fríos inviernos madrileños y lo ha hecho con una batería incontestable de artistas, más propia de un festival de verano. Un cartel ecléctico de cinco semanas donde destacan Estrella Morente, Tomatito & José Mercé, Carlos Núñez, Nacho Vegas, Fleetwood Mac y este concierto con el que Noa, versátil artista israelí, celebraba sus 30 años en las tablas.

15 de enero de 2020 en Teatro Circo Price, Madrid
- · Grupo: Noa + invitados: Ara Malikian, Ana Belén y Marina Heredia...
- · Público: Unas 1.200 personas. Casi tres cuartos del aforo cubierto.
- · Precio: Entradas desde 30 euros en venta anticipada.
- · Promotora: Inverfest 2020.
Noa suma cientos de canciones, colaboraciones, premios y mil reconocimientos a sus espaldas, y contar con ella en su primer concierto de la gira 30 aniversario acaba de ser uno de los grandes platos fuertes del naciente ciclo Inverfest 2020, redondeado con los invitados anunciados por el festival unos días antes del concierto: Ana Belén, Marina Heredia y Ara Malikian. Un lujo.
A pesar de llevar tres décadas en el negocio de la música y de haber tocado cientos de conciertos en decenas de países, las entregas discográficas de Achinoam Nini son relativamente escasas, y la mayor parte de su repertorio se basa por un lado en covers de diferentes artistas y países, y en sus dos grandes álbumes propios: el magnífico Blue Touches Blue (2000, Mercury Records) y el homónimo Noa (1994, Matheny Group). Como añadido, en este concierto Noa desarrolló un pequeño pero interesante grupo de canciones pertenecientes a su último álbum, Letters To Bach (2019, Naive Music).
En ellas, el peso armónico lo lleva la propia voz de Noa, acompañada únicamente por una leve guitarra dibujando parte de las melodías de piano escritas por Bach mientras la voz dibuja las otras a la vez que canta sobre el estado del mundo y las diferencias con el mundo que vivió Johann Sebastian hace 300 años. Un auténtico prodigio musical digno de una artista que lo mismo te canta una capella en italiano que toca el yembé y las congas mientras grita entrelazando versos en hebreo y español. Bendita locura.
El primer núcleo del concierto lo compusieron cinco temas propios de los álbumes mencionados: Otra vez, "Blue touches blue, Mishaela" (en la que Noa presentó a los miembros de la banda de una manera extraordinaria, improvisando versos para cada uno de ellos al ritmo de la canción), "Pokeach" y 2I don’t know". A partir de ahí empezó el desfile de invitados, cuyas intervenciones estuvieron bien elegidas y equilibradas dentro del setlist.
Cada invitado disfrutó de dos temas con Noa (a excepción de Marina Heredia que cantó dos canciones con Noa más una copla en solitario con su guitarrista y pianista, preciosa aunque algo fuera de lugar). Con Ana Belén cantó "You-Tú", el vals que escribió a medias con Joaquín Sabina, y la famosa "A la sombra de un león", en palabras de Noa "una de las canciones más bonitas escritas nunca en castellano".
Con Ara Malikian tocaron una pieza enteramente instrumental y otra con letra en hebreo (Boker), en las que Ara fue el centro de todas las miradas con su explosiva presencia escénica.
El público, en todo momento respetuoso pero cálido y participativo, tanto durante las canciones como en los abundantes discursos y bromas -en un muy respetable castellano- de la israelí. Y todo ello enmarcado por un sonido equilibrado, perfectamente limpio, sin estridencias ni defecto alguno. No en vano el Circo Price es uno de nuestros recintos favoritos en la capital para escuchar música en directo.
La única pega que se puede poner al evento fue el formato de banda, reducido a un cuarteto de guitarra, bajo, batería y voz, que sin duda limitó tanto al gran Gil Dor en los arreglos como la riqueza sonora en general.
Noa suele girar con varios músicos más, y este formato reducido -ignoramos si por exigencias de calendario, presupuesto o por elección artística- nos dejó un poco fríos... Nada que no pudieran arreglar la presencia escénica de Noa, los invitados y la potencia lírica del repertorio.
¡Ah! Y ese cierre de concierto con la canción principal de "La vida es bella", acompañados de un coro de unas 24 voces de la escuela Jana de Madrid... y el que suscribe se lleva ese momento a la tumba como una de las cosas más bellas que he visto sobre un escenario.