Morgan, cómo hacer que un teatro entero se rinda a tus pies
Por: Ántar Vidal F.
La banda madrileña Morgan ha pisado por primera vez Pontevedra y qué mejor sitio que el Teatro Principal para estrenarse en esta localidad gallega. Han dado su concierto como parte del ciclo As Matinés do Principal.
27 Abril de 2019 en Teatro Principal , Pontevedra
- · Grupo: Morgan.
- · Público: 420 personas. Lleno.
- · Precio: 14 euros en venta anticipada.
- · Promotor: As Matinés do Principal / I-radia Crea.
"¿No se os hace raro tocar a esta hora?", les pregunté a Paco López (guitarrista del grupo) y a Ekain Elorza (batería) mientras estábamos en una terraza justo delante del teatro, porque el concierto era a las 12:30 h. "No te creas. Ensayamos por las mañanas, así que estamos acostumbrados”. Poco después pasó al lado una familia que no dudó en saludar a los músicos: "¡Os seguimos mucho! Es la primera vez que llevamos a la pequeña -refiriéndose a su hija, de 10 años más o menos-".
En ese momento ya pude deducir qué tipo de asistentes iba a haber mayoritariamente en las butacas: padres e hijos. Al fin y al cabo, y más gracias al horario del bolo, Morgan son un conjunto apto para todos los públicos. Su repertorio está lleno de canciones accesibles y poco agresivas, muy fáciles de escuchar, pero, ¿qué más da? Son piezas bonitas, buenas, delicadas, compuestas con mucho mimo y buen gusto. No necesitamos nada más para disfrutar de la música.
Una vez dentro, suena por los altavoces "Unknown Legend", de Neil Young. ¿Son Morgan unas leyendas desconocidas? Que cada uno piense lo que quiera pero a pesar de que están rozando el estrellato a nivel nacional aún queda mucho para que se hable de ellos todo lo que merecen y, con lo respectivo a leyendas, sólo llevan unos pocos años en activo con un par de discos pero van por buen camino. Una vez acaba de sonar Neil, salen por fin los músicos y sin decir nada abren el concierto con "Planet Earth", de la misma forma con la que abren su disco Air (2018).
El aplauso del público es unánime. Sin embargo, el ambiente es muy distinto al de resto de ocasiones en las que los pude ver, siempre en salas. Casi nadie canta y muy pocos mueven la cabeza al ritmo de la música. Un teatro, para bien o para mal, impone también a los espectadores.
La siguiente canción fue "Blue Eyes", también de su segundo álbum. Sin duda una de las mejores de Air, y en ese momento me pregunto por qué ese disco no me gustó tanto cómo su debut, North (2016), si todas son maravillosas composiciones. Después empiezan a tocar "Attempting", del primer disco, ya encuentro la respuesta a esa pregunta: me vienen recuerdos de cuando escuché North las primeras veces, todo sonaba fresco y era esperanzador que un grupo español aparentemente desconocido fuera capaz de tener temas tan espléndidos. En cuento a Air, las piezas son igual de buenas, pero ya todos éramos conscientes de lo que eran capaces Morgan.
A continuación sonó "Oh Oh" ye el público comenzó a involucrarse cantando, como bien indica el título "Oh oh ooooh". Luego vino "Work", uno de los puntos fuertes del concierto, con ese final tan trepidante donde se ejemplifica con claridad lo profesionales que son. No fallan, son perfectos y no yerran una nota. Y tampoco dan la sensación de estar tocando las canciones exactamente de la misma forma que en los álbumes.
Nina, la cantante y pianista, trató de dar explicaciones para que la acompañasemos en el estribillo de "Praying", pero se las pudo ahorrar: todo el mundo se la sabía a la perfección. Así se demostró.
Después vino "Sargento de Hierro" y la gente no pudo contener su deseo de sacar el móvil para grabar la canción entera. No les culpo. No voy a cargar contra esta manía, es una composición extraordinaria y la ocasión lo merecía.
También se dejaron oír irreprimibles susurros de la letra entre las butacas. Al acabar, Nina trató de engañarnos diciendo que que se iban a ir, y tocaron "Flying Peacefully" y "Thank You". En esta última la cantante se puso de pie por primera vez para bailar alegremente incluso cuando los teclados de David Schulthess y la guitarra de Paco intercambian solos haciendo gala de virtuosismo.
Y, como ya había anunciado Nina, se fueron, pero dudo que alguien del público se creyera que el concierto terminaba ahí. Ni mucho menos, faltando por sonar la que quizá sea el hit, y lo digo tratando de ser lo menos injusto posible: "Volver".
La gente se puso en pie y no dejó de aplaudir, de corear "¡Morgan, Morgan!" hasta que finalmente volvieron, cómo no. Nina retornó al escenario para interpretar con el piano la canción que todo el mundo esperaba, esta vez sin el resto del grupo. La euforia se hizo irrefrenable. La gente sonreía, algo que siempre me llama la atención cuando suena esta canción tan triste y melancólica, muy acorde a la áspera y desgarradora voz de la vocalista.
Después volvieron Paco, Alejandro Ovejero (bajo), Ekain y David para tocar la discotequera "Another Road". ¿Que hasta qué punto es discotequera si, al fin y al cabo, son un grupo de rock? Pues en medio de este corte, Paco asumió el protagonismo al cantar "Lose Yourself to Dance", de Daft Punk, mientras Schulthess tocaba el sintetizador. Todo esto sin haber acabado en ningún momento "Another Road", pues después de este sorprendente paréntesis nadie se esperaba que le pusieron el final a esa canción inicial.
Sinceramente me dejó muy descolocado.
¿Qué necesidad tenían de meter a Daft Punk ahí en medio? Al principio me disgustó la idea, no soy precisamente un fan del dúo francés, pero luego reflexioné un poco más sobre esto. No tenían ninguna necesidad, y eso es lo bueno: no tienen nada que demostrar, no le deben nada a nadie.
Morgan no tienen por qué ser solo baladas tristes y desgarradoras, tienen derecho a sorprender con cosas como éstas. Pero bueno, puestos a hacer versiones, prefiero escucharles cuando tocan "The Night They Drove Old Dixie Down", un homenaje a los inolvidables The Band.
Por último, y como suele ser habitual en sus actuaciones, la última en sonar fue "Merry You", pero esta vez Nina cantó a pleno pulmón al teatro, sin micrófono, y acompañada solo por la guitarra y el íntegro silencio de la sala. Pero no podría acabar la cosa con tanta calma: en el momento exacto se unieron el resto de músicos y sus instrumentos al unísono poniendo la guinda a una sesión vermut espléndida mientras ella daba las gracias a todos los asistentes y a los miembros del equipo.
Me aventuraría a decir que Morgan son de los mejores grupos de España hoy en día, o el mejor. Y me llena de alegría ver cómo sus fans y carteles de sold out son cada vez más y más. Espero que haya Morgan por muchos más años. De ser así, estoy convencido de que también habrá muchas brillantes canciones. Además, como bien dejaron ver en Pontevedra, son una banda llena de vigor y completamente en forma sobre el escenario, que desde luego merece la pena ir a ver cuando pasen cerca de tu casa.te, por favor.