Izaro arrasa con pop, electrónica y baile en su primer concierto de la gira Cerodenero
Por: Xabier Sanmartín
Izaro ha empezado la gira de conciertos del disco "Cerodenero" llenando el auditorio del Palacio Euskalduna, en Bilbao, con un show notable con partes de electrónica, pop, baile, cuidada escenografía y un repertorio en euskera y castellano que ha logrado un mar de aplausos.

2 de enero de 2024 en Palacio Euskalduna, Bilbao
- Grupos: Izaro.
- Lugar: Auditorium del Palacio Euskalduna (Bilbao).
- Precio: 27 euros en la venta anticipada. Lleno, unas 2.100 personas.
- Promotora: Gin Música.
Izaro es lo mejor que le ha pasado al pop rock en euskera en el siglo 21. A sus 30 años, esta cantautora ha arrancado en Bilbao su gira de conciertos más ambiciosa, la de un disco titulado "Cerodenero". Y Lo ha hecho con las entradas agotadas ahí y en Donostias (dos veces días después, bolos a los que corresponde la foto superior). Izaro moderniza su discurso al abrirse a la electrónica y rodearse de un equipo con el que progresa también en la forma (puesta en escena).
Ante un auditorio lleno, con las 2.100 entradas vendidas, Izaro sale tras la enérgica intro del disco, llamada "Zero”. Pasan tres minutos de las 20 h. y aparece subida a la plataforma triangular blanca con escaleras que usa en el vídeo de "Iparraldera", corte del nuevo álbum que abre el repertorio. Canta y se mueve de forma pizpireta, vestida con pantalón ancho de gris a dos tonos, deportivas blancas y un galáctico corpiño blanco sobre una ceñida camiseta negra de manga larga, un outfit que subraya su actual etapa.
Sigue después con un tema sentada al piano, sin más iluminación que un círculo fluorescente blanco. Tras comenzar sola, el tema crece cuando frasea ya rodeada de la banda (piano, guitarra, bajo y batería) y esa canción "edzddh - Ez dakit zenbat denbora daramadan hemen" desata la segunda ola de aplausos de la noche tras la bienvenida inicial. El público está muy a favor de la corriente, al menor resquicio de silencio, brotan gritos como "¡Guapa!" o... "¡Artista!".
Todo suena bien con un pero, un exceso de reverb (eco en el micro) que marca toda la noche y que, a veces afea, la dicción de Izaro, área donde tiene margen de mejora quien lleva ocho años haciendo canciones y yendo cada vez mejor, todo sea dicho.
El concierto se inicia con un ritmo frenético.
Izaro pisa el siglo XXI gracias a un equipo donde hay hueco igual para un coreógrafo (lo presentó al final) que para una directora artística, de hecho, al final del show, aparecieron en escena como una docena de personas en la despedida. Hoy retener la atención de la gente es casi tan caro como el oro, hay que mimar los detalles de cada concierto e ir hacia terrenos del espectáculo total más que del mero set musical.
Hay muchísimo fan en el Euskalduna, y cuando Izaro entona "Delirios", el público canta, y canta bien, partes de la letra como: "Paseaba con los labios pintados de otoño oscuro y su jersey de lana". Se produce el primer subidón de la noche.
Y el ritmo va a más. Salen dos bailarinas, las mismas que aparecen junto a ella en el vídeo de "Campamento base" y se abre paso la música electrónica, sonando también "x eta besteak" , ofreciendo unos minutos de cuidada coreografía de urban style con un destacado uso de la pantalla al final del escenario, que a ratos emite los mismos planos que Izaro se graba sujetando un teléfono móvil, lo que, sea o no un guiño acordado con Euskaltel, firma que apoya la gira, logra un llamativo efecto con originales planos como el móvil en el suelo y ella cantando encima mientras al fondo vemos contrapicado donde ella canta mientras mueve brazos, manos y melena.
La ovación posterior es tan grande que resuena hasta en Mallabia (Bizkaia), donde se crió esta cantautora residente en Donostia. Izaro Andrés Zelaieta, hace bastantes pausas para largas parrafadas en euskera tras ese inicio donde también la vemos tocar la guitarra acústica, demostrando polivalencia y buen sentido del espectáculo, interpretado de forma coral, esfuerzo que premian sucesivas ovaciones.
Izaro cumplió 30 años el pasado 31 de diciembre pero su equipo, pasada la hora y pico de este concierto, quiere celebrarlo con ella, y desde el piano sale el "Zorionak zuri" (equivalente en euskera al "Cumpleaños feliz") durante una pausa entre canciones, incluyendo unas velas y el griterío general del público al corear esa felicitación. El show avanza. Izaro canta tumbada en el suelo parte de "Ixildu mese" igual que antes ha hecho subida a la plataforma blanca, que entra y sale de escena para sacar partido al atrezzo y generar diferentes atmósferas (a veces más lento de lo previsto porque vivimos el primer concierto de una gira que se irá puliendo).
Llega "El mundo no es un buen lugar", bonito single del nuevo disco, que ella canta partiendo un tono suave, con la voz mejor puesta, sobre la plataforma entre nubes de humo blanquecino, con las piernas colgando, la guitarra paseando y el público casi susurrando con ella. Sublime, o casi, probando que canta muy bien pero lo hace muy bien cuando hay temas suaves, un poco, salvando las distancias, lo que le pasa a Nina, la cantante de Morgan. A ratos, a Izaro le falta algo de aire entre cantar, danzar y explicar sus emociones cuando hace pausas, la exigencia crece.
Escuchamos también "Errefuxiatuena", tema que grabó junto a Mikel Urdangarin hace seis años y que rebaja el tempo del viaje ya que los músicos se juntan en un formato acústico, con ella al centro, entre el contrabajo y la percusión ligera para ganar matices pese a perder fuerza sonora. Cambio de tercio que se saborea mejor tras la intensidad de la primera hora. "Tu escala de grises" refuerza ese momento de serenidad con Izaro en formato más íntimo, que esta canción aviva al llevar el sonido hacia un jardín de grises tropicales.
Vuelve a echar mano del nuevo disco con el tema "Udara, udara", una canción de ese pop folk en euskera que tiene como maestros a los añorados Mikel Laboa y Benito Lertxundi, momento que genera otro hype en un auditorio de mayoritario público euskaldún.
Sigue con ese álbum. Izaro evoca aires latinos con la alegre "Las llaves de tu casa", que desata palmas a ritmo desde la grada ante ella bailando al estilo de Sandra Delaporte, feliz girando, dando espontáneas patadas al aire mientras abre los brazos... porque se ve que va ganando soltura escénica (a ratos, se hace raro que dé demasiado tiempo la espalda al público).
Izaro manda besos al público, incluso sale del escenario natural y va al estrado anterior, más cerca de las primeras filas, a donde llama a los cuatro músicos que acaba de presentar, para hacer piña y reverencia a tantas y tantas personas volcadas con su actuación, que en la parte final incluye uno de sus hits, "Mi Canción para Elisa" con el coreado estribillo "La vida entera" que ella festeja con vitalismo. Paso previo a un solicitadísimo bis que ofrece "La felicidad", la canción más popular de su canal de Youtube al superar los dos millones de visualizaciones, cierre para un concierto donde Izaro pone a cientos de personas en pie.
Tras publicar discos como "Om" (2016), "Hankapuntetan" (2017), "Eason" (2018), "Limones en Invierno" (2020) y el recopilatorio "Limones en Oro" (2022), Izaro puede dar con esta gira 12 pasos adelante, uno por cada tema de su nuevo disco "Cerodenero".