11 Abril de 2015 en Palacio de los Deportes Barclays Center, Madrid

• · Grupo: Cyan + Izal
• · Público: Unas 12.000 personas, entradas agotadas.
• · Precio: 15 euros en anticipada y 21 euros en taquilla.

Izal casi acaban con los adjetivos: meteórico, radical, fulminante, salvaje... Su incremento de popularidad se mide en palabras superlativas.
Ellos mismos han reconocido esta noche en un vídeo de introducción que hace sólo cinco años tocaban para 90 personas en el Café La Palma, al año siguiente para 250 en El Sol, luego para 900 en Joy Eslava y uno después reventaron la Plaza del Trigo de Aranda de Duero [Burgos, Sonorama]. Y ya en 2014, llenaron La Riviera con 2.000 incondicionales.

Sin embargo, lo de hoy se escapa a toda lógica, raciocinio o estudio algebraico con 12.000 personas abarrotando un recinto tabú en Madrid, donde han tocado Red Hot Chili Peppers, Oasis, Coldplay, Bob Dylan o Muse, algo que no se ve todos los días y menos aún si el grupo es independiente y además abraza los medios de autofinanciación como hace Izal.

Es el triunfo del esfuerzo, el amor por la música y el respeto por su público en una noche con invitados sorpresa.

Antes de entrar en el concierto de Izal, hay que señalar la gran tarea de Cyan para hacer que el público calentara motores. La banda de Barcelona está más que curtida y cosecha adeptos allá donde descargan su maquinaria de rock alternativo. Con un sonido potente aunque algo confuso durante los primeros temas, desgranaron canciones de sus tres discos durante 50 minutos que fueron 40 por los retrasos acumulados en la organización. "Ballet Mental" fue el tema más coreado junto a la genial "Sólo es una herida", que cerró su actuación.

 

Foto: Cyan, la banda catalana encargada de calentar motores

Tras eso, el plato fuerte. Al terminar el citado vídeo, salieron los Izal, empezando con "Jenna Fisher", que encadenaron con "Asuntos delicados", ambas del segundo LP de la banda, Agujeros de gusano. Los pequeños problemas de sonido que aquejaron a Cyan habían desaparecido y desde el primer segundo hasta el último acorde el sonido fue impecable, intenso y definido. Cada uno de los asistentes estaba tan entregado a la causa como los músicos en escena, y se notó desde el primer momento. Mikel guardó silencio durante algunos versos en prácticamente todas las canciones, dejando que fuera el público quien cantara.

 

"28 horas" fue la primera canción en sonar del genial álbum debut Magia y efectos especiales. Y les permitió el primer momento de respiro y el saludo inicial. La emoción por llenar este pabellón se transmitía en cada gesto y cada palabra de Izal, y no dejaron de agradecerlo en toda la noche.
Luego tocaron "Tu continente" y "Conclusión en Do para ukelele" antes de la primera sorpresa de la noche: el estreno de "En aire y hueso", tema que la banda está puliendo antes de incluir en su nuevo disco [lanzamiento previsto para septiembre] y que fue muy bien recibida por el público.

 

 

Al minuto, el famoso "Extraño regalo" elevó la temperatura de nuevo, tras lo cual llegó uno de los puntos álgidos del concierto: "Palos de ciego", donde les acompañó Depedro a la guitarra y voz. Que 12.000 personas coreen al unísono una de las canciones ocultas o menos radiables de una banda es un espectáculo digno de ver, y más si a la fiesta se le une un artistazo como Jairo, que disfrutó como el que más. La épica trilogía de los Epílogos fue la encargada de cerrar la primera parte del concierto con su reconocible "¡¡arriba, despertad!!", tras lo cual la banda abandonó el escenario durante unos minutos.

 

Volvieron para bajar la intensidad del concierto con un pequeño set acústico abierto con la increíble "Sueños lentos, aviones veloces" [mi debilidad]. tras ella, una cambiada "A los que volveremos" fue el interludio y la coreadísima "Eco" [pedida hasta la saciedad concierto tras concierto, según Mikel]. Retomaron el set eléctrico con "Ockham" y "Tóxica" pero el chupinazo estaba por llegar: "Magia y efectos especiales", con el acompañamiento a la guitarra eléctrica de Juan Aguirre [Amaral]. Esa es la canción "con la que probablemente empezó todo", según Mikel, y a la que siempre se regresa, justo lo que hacen todas las grandes canciones.

 

Tras eso, el concierto no podía subir mucho más alto, así que estrenaron "Hacia el norte", también del inédito tercer álbum, y simplemente se dejaron llevar por la marea encadenando cuatro de sus mayores hits: "Hambre", "Pánico práctico", "Agujeros de gusano" [con Carmen París] y "Qué bien", que con su inconfundible vitalidad fue la guinda al gran pastel. Esa traca final consiguió arrancar una lagrimita a todos, y con la emoción a flor de piel... Izal se despidieron.

 

¡Pero no estaba todo dicho! Una vez más volvieron al escenario, para atacar la canción que abre su último disco, "Despedida", y que da nombre a esta gira con la que han cerrado la etapa de Agujeros de gusano. Paradójicamente, la encadenaron con "Prueba y error", que abre el primer disco. Tras la despedida musical, tocaba la emocional con la gran comunión colectiva que supone escuchar "La mujer de verde", canción con la que cierran sus conciertos desde hace años. "Muchísimas, muchísimas, muchísimas GRACIAS", fue lo último que salió de la boca de Mikel, visiblemente emocionado antes de fundirse en un abrazo con Emanuel, Alejandro, Iván y Alberto.

 

Foto: Izal o cómo pasar de 90 a 12.000 espectadores en cinco años