Iván Ferreiro, gato panza arriba en noche de deriva
Por: X. S. C. / M. Blanco
Entre el nuevo disco de Iván Ferreiro, Val Miñor-Madrid. Historia y cronología del mundo, y el anterior álbum de inéditas, Picnic extraterrestre, han pasado tres años, tramo de 2010 a 2013 donde su repertorio apenas ha sumado canciones.
14 Febrero de 2014 en sala Capitol, Santiago de Compostela, A Coruña
- · Grupos: Iván Ferreiro.
- · Público: Más de medio aforo [unas 600 personas].
- · Precio: 18 euros anticipada y 21 euros en taquilla.
- · Promotora: Get In.
Entre el nuevo disco de Iván Ferreiro, Val Miñor-Madrid. Historia y cronología del mundo, y el anterior álbum de inéditas, Picnic extraterrestre, han pasado tres años, tramo de 2010 a 2013 donde su repertorio apenas ha sumado canciones capaces de pegarse al alma de sus seguidores, quizá por eso la primera hora de este concierto en Santiago de Compostela ha estado marcada por cierto clima de bajón, con el público esperando más de lo que encontraba.
En la ciudad que conoció al Iván estudiante, el músico vigués ha arrancado su actuación flojo de voz, quizá mermado por la actuación de la noche previa en su tierra natal, Vigo, bolo del que nos han llegado muy buenas referencias. Tanto da el motivo, el caso es que desde el inicio ha dado la impresión de que el antiguo líder de Los Piratas iba justo a nivel vocal, optando por hablar a veces entre tema y tema, rara vez buena señal.
"¿Os está gustando?... ¿sí? Me alegro, porque a veces tengo pesadillas con que canto y al público no le gusta, de verdad, son pesadillas donde lo paso fatal...", ha dicho en un intermedio ante un auditorio que escuchaba un set con poco baile y leve aplauso.
Tocado con traje y chaqueta negra, camisa blanca y corbata, Ferreiro irradiaba aire de crooner al estilo Brian Ferry, cada quien a su estilo, ambos elegantes, basta un solo ejemplo de ello: "Chainatown", clase pura contenida en su nuevo álbum, del que también ha tocado la inquietante "Solaris".
Eso sí, los coros han volado al escucharle cantar "Baby Ramone", pasaje que está entre lo mejor de su último disco, trabajo producido por Ricky Falkner, miembro de Egon Soda y Standstill.
Tras irse a los camerinos entre clima tibio y escasos aplausos, en apenas cuarenta segundos Iván y la banda han vuelto para el primer bis. Ya en la prórroga, temas como "El viaje de Chihiro" y "Años 80", dos hits de su carrera, han probado que el cantante y compositor gallego sabe defenderse como gato panza arriba cuando la noche va algo a la deriva.
La gente se ha venido arriba con esa mirada al pasado y él ha ganado aire hacia un final que ha tenido una parte con él solo al piano, cantando más bajo y mejor que en toda la hora previa al interpretar suaaave... y cálidamente "Espectáculo" [corte que como "Chihiro" es parte de su primer disco en solitario, editado en 2005].
En esa fase, ya sin la chaqueta, ya con el nudo de corbata aflojado, Iván ha invitado al público a jugar. Entre mil peticiones, una bien alta desde la primera fila reclamando "1999", éxito de los Love of Lesbian que el vigués ha grabado en el recopilatorio Confesiones de un artista de mierda pero... no. "No, esa, no me sé los acordes, de verdad, no me acuerdo...".
Sí ha hecho una votación para eligir con qué version seguir. Preguntando si hacer "Leñador y la mujer América", de Zahara, que no ha caido en gracia y proponiendo luego elegir entre "una de Xoel López y una de Quique González", referendum ganado por los gritos a favor del segundo quizá porque Quique ha vendido ya las 850 entradas para actuar en esta misma sala [bolo aplazado al 3 de mayo tras su reciente lesión en una mano].
Así, Ferreiro ha cantado "Tierra", impresionante y delicado tema de Xoel, y también "Vidas cruzadas", de González, ambas versiones muy aplaudidas, de hecho, lo más ovacionado de la noche lo que quizá deba hacerle reflexionar al músico gallego, apoyado como es habitual por su hermano Amaro en una de las guitarras.
La canción clásica ferreriana "Promesas que no valen nada" [muy coreada], como siempre mezclada con "Insurrección", hit de El último de la fila [éxtasis de la noche] y "El equilibrio es imposible", de Los Piratas, han formado además parte de lo destacable de esta irregular noche cuyo segundo tramo de las dos horas de bolo ha estado muy por encima de la hora inicial.
Entre los momentos más celebrados, también ha estado ese encantador estribillo de "Tristeza" [del segundo álbum, Las siete y media, 2006]: "Y tengo mi tristeza siempre ahí escondida poniéndose guapa", corte que a veces mezcla con "Jet Lag", de Mentiroso mentiroso [2008].
Por cierto, alguien debería decirle al segundo guitarrista de Iván, que moverse sin parar en pleno ataque de guitar hero chirría al lado del clima cálido de este cancionero. Si tiene dudas sobre cómo mejorar su trabajo como parte de un grupo que hable con el maestro Pablo Novoa, a los teclados del quinteto que arropa en esta gira al que fuera líder de Los Piratas.