Dead Bronco, fiesta fin de curso... para ellos
Por: Orbange Zautua / Sandra Cortés
Enganchamos a Dead Bronco después de un apoteósico final de la banda metal Wicked Wizzard. Empiezan con mucha garra en una sala que en principio parece casi llena. A medida que el espectáculo va calentando, nos vamos concentrando cerca del escenario para no perdernos el espectáculo punk, muy punk de los cabeza de cartel en una noche que acabará como una fiesta de fin de curso (para ellos).
11 Enero de 2019 en sala Kafe Antzokia, Bilbao
- · Grupo: Dead Bronco + Wicked Wizzard..
- · Público: Unas 300 personas.
- · Precio: 13 euros en venta anticipada.
- · Promotor: Dead Bronco.
Dead Bronco, el grupo liderado por Matt Horan toca en el concierto del Kafe Antzokia tema tras tema repasando su discografía, sin casi respiro. Solo paran para pegar sorbos a las múltiples bebidas que tienen alrededor (cervezas, gin-tonics rosas, etc), afinar instrumentos, lanzarse escupitajos entre ellos, soltar eructos al público, romperse las camisetas (por favor, ¡No!) y seguir atacando piezas ya míticas en su repertorio, entre las que destacan: “Death of an appalanchian”, “I hate you”, “Driven by Frustration”, “Miss Carriage””, “Penitent man”, “Funeral inhibited” y “Keg stand”.
No acompañó el sonido del micro de Matt Horan (cantante norteamericano afincado en Euskadi) que aquí quedaba limitado con los frenéticos y a veces distorsionados riffs del cowpunk que defienden a la perfección.
Cuando el punk más salvaje se apagaba y asomaba el lado más country fue un placer para los oídos escuchar la voz ronca del frontman, el banjo de Joel Bruña, el contrabajo o el ukelele bass de Adrián López, la guitarra y mandolina de Adán Ruiz y la fantástica batería de Guille Peña, dejando ver a la banda que se ha merecido todas las fantásticas críticas que ha recibido en los últimos dos años, base de las muchas expectativas creadas para este naciente año 2019 donde los Dead Bronco ya giran como grupo consolidado.
Foto: Dead Bronco en acción, tocando un banjo en medio de la sala a hombros del público
Para los menos punkies del concierto, sobraron en muchos momentos los desfases de fin de fiesta que se respiraba entre el grupo, amigos/as y groupies varios, seguidores que incluso pasaron varias veces por el escenario para acceder al backstage de la sala.
Ese exceso de euforia desembocó –en su lado más salvaje- por momentos en ruido y nada más. La sala bilbaina, sin embargo, se quedaba pequeña.
En esta actuación, Dead Bronco rompieron cuerdas, cambiaron de instrumentos una y otra vez, y casi al final, el banjo (un placer ver el punteo de las cuerdas) se atrevió a lanzarse en plancha hacia un público que le recogió eufórico, para terminar tocando encima de los hombros de un asistente, que consiguió así ser el foco de los varios reporteros gráficos que asistieron al concierto de esta banda que dice ofrecer country punk rock y que tiene como último de sus cuatro discos editados un recomendable álbum largo titulado Bedridden & Hellboundy.