7 de mayo de 2011 en sala Capitol, Santiago de Compostela, A Coruña

• · Grupos: Black Lips + Fuckin Bollocks
• · Público: poco [unas 150 personas]
• · Precio: 12 euros anticipada/ 16 en taquilla.
• · Promotora: Heinekn Music Selector

Unos Black Lips algo pasados pero no pesados y sonando bien solo a ratos... han cerrado su gira con sabor agridulce a un mes de lanzar su nuevo disco, Arabia Mountain. En su concierto en Santiago, fueron de más a menos aunque nadie discute que canciones como "O Katrina" se han ganado la vida eterna.

La música de los Black Lips resume la vida en dos minutos. Aunque ya son treintañeros, su flequillo gasta alegría juvenil, y su garage rock parece el baile final de una high school de los 50 a donde solo acuden los juergas del colegio, como desmuestran cortes como "Drugs", con cadencia propia de "Grease". Ese toque retro alterna trallazos de emergencia punk con canciones que casi parecen duduá. Del lado crudo destacan cortes como "O Katrina", un hit que en la Capitol arrancó con el bajo rasgado para irradiar aire inquietante antes de estallar con coros alocados como los de unos Fleshtones desaliñados.

Antes que el grupo norteamericano, actuaron los barceloneses Fuckin Bollocks. Solo escuchamos dos temas suyos. Nos sonaron sin convicción, verdes, con las voces pobres y el discurso poco cuajado aunque mejorando cuando un miembro del quinteto sopló su harmónica con furia.

Tras esa introducción, mientras la sala pinchaba por megafonía temas de los Jet, de Pulp [¡Jarvis for ever!] y de Jayhawks, vimos al batería de los Black Lips esforzándose por ajustar un instrumento que luego se desajustaría tanto que se tuvo que parar el show sin que sus compañeros de banda hicieran mucho por rellenar ese imprevisto. En ese detalle y en los párpados pesados cual estadio de fútbol que mostraban el vocalista y su compañero de la guitarra negra... fue quedando claro que los Black Lips tocaban con cierto peso/poso resacoso, y eso les impedía volar más alto.
A todo esto, el batera fue de lo mejorcito, por su actitud y por mantener siempre el ritmo saltarín y aportar muchas voces.

El día anterior estuvieron tocando en Barcelona, influyera eso o no, el baile taquicárdico sacudía la sala cuando tocaban temazos como "Bad Kids", demostrando que su directo puede dar más de sí. El pogo en las primeras filas que propiciaban cortes como ese se desvanecía poco después porque les daba por hablar mucho entre tema y tema, a veces soltando chorradas como... "I like fiesta" o... "Gusta... pogrrro...", frases que encajan con su fama de juergistas pero que chirrían en un bolo de 55 minutos con mucho parón. El cantante llegó a pedir al road-manager, grande como un guardaespaldas de un rapero americano, que le trajera una botella de whisky, de la que bebió a morro, para luego dedicarse el resto del bolo solo a la cerveza.

El concierto acabó prorrogando con un buen bis de tres temas que acabó con los Fuckin Bollocks apareciendo al final para escupir cerveza sobre las cabezas de unos Black Lips inmutables ante la broma de sus sobreactuados teloneros.
Fuera, llovía bien duro alrededor de una sala donde, por momentos, hubo más gente fumando fuera en unas vallas colocadas a modo de redil que dentro escuchando a la banda de Georgia. Cosas de la nuevos tiempos...