Belako, éxito del deseo compartido: llenazo del Autotour en Getxo
Por: Nora Trueba / Fotos Belako Facebook
Belako son un cuarteto sobrado de ganas de hacer música. Han cosido sus dolores y los nuestros ante lo que estamos viviendo para lanzar la bandera de una gira de conciertos en autocines, el Autotour. En Getxto, les hemos, visto, escuchado y aplaudido porque necesitamos grupos como ellos, eventos como este. Unidos, somos más, y mejores en la música, en la vida.
27 Junio de 2020 en Autocines Getxo, Getxo, Bilbao
- · Grupo: Belako.
- · Público: Unas 660 personas. Lleno.
- · Precio: 22 euros en venta anticipada, 27 euros en taquilla.
- · Promotor: Gin Musica.
Cae la tarde y en los Autocines Getxo hay lleno para escuchar a Belako. Al llegar notamos que todo está bastante bien organizado. Delante, frente al escenario hay 64 mesas con rótulos de cierta firma cervecera, y nos sentamos cuatro personas en cada una. Todos lucimos pulsera con el nombre de la banda.
El aforo está limitado según las normativas locales previstas y hay buenas indicaciones en los caminos para ir y volver hacia los baños y otras áreas. Todo parece ordenado, y todos lo/nos respetamos.
Detrás hay un centenar de coches, con cuatro pasajeros como máximo, muchos saliendo para sentarse en tumbonas o apoyarse en el capó mientras la cerveza va corriendo y se ve alguna que otra bicicleta que nos recuerda que es verano aunque este sea un verano muy diferente.
Salen Belako ante un público donde abundan los rostros veinteañeros, los de la generación de esta banda de Mungia (Bizkaia).
Cris Lizarraga, cantante, aparece con su clásica melena corta, falda azul a juego con varias luces y camisa clara arremangada. Canta con entrega indie, alterna el micro con los teclados de forma puntual.
A su lado, detrás, Lander Zalakain a la batería (marca Ludwig), reparte ritmos desde una tarima, trono que reivindica la vocación rock de la banda.
Mientras, Josu Billelabeitia, con su habitual polivalencia desde la guitarra (igual suele dedicar ratos a teclados que apoya a nivel vocal), toca un modelo cuadrado azul metalizado, de caja pequeña, similar a las tabaco blues, pero sin clavijero, el modelo Spirit de la marca Steinberger. Se le ve saltar en momentos de subidón, sudando con ese aire ochentero que le otorga vestir camisa blanca y pantalones holgados de pinza.
Lore Nekane Billelabeitia, mucho más que la hermana de Josu, percute su conocido bajo blanco, sacando la melena al viento cuando Belajo atacan sonidos indie rock tpipo "The Craft", altos, enérgicos... Eso sí, juegan en casa y debería notarse más, pienso al escucharles, al disfrutarles en medio de un recinto con toques de pic nic. reforzado con la presencia de varias foodtracks
Suenan bien, el ambiente es mucho mejor de lo previsto para estar en un autocine, un lugar atípico para tiempos atípicos. Nos une la música de actitud valiente y necesaria. Prudencia sí, miedo nunca.
Aparte de presentar varias canciones de Plastic Drama, su disco más reciente, visitan a saltos el resto de su discografía, con cortes como "Munster" (del álbum de 2014, AAA!!!!), tocando bajo una pantalla rectangular con alma de cinemascope que refuerza la escenografía y te traslada a una película americana de esas con teenagers robando besos y echando tragos prohibidos. No es el caso, vivimos otro mundo aunque persistan las ganas de escapada juvenil... en cada tiempo a su modo, a su moda, con las canciones seimpre por banda sonora.
Como debe ser en todo buen concierto, sin saltarnos las medidas sociosanitarias previstas, sí que nos ponemos en pie, unidos a Belako por el deseo, por la pasión compartida, por volver a sentir en torno a la hoguera del pop rock libre, el que emociona, ese donde caben igual chavales que descubren la cultura más allá del sofá (había algunas preadolescentes entre el público) que discursos feministas como el que la banda se marca en una pausa, para dejar claro que aun tenemos margen de progreso.
Por cierto, el concierto de Belako es un éxito, sí pero se acaba antes de la hora y media (bis incluido), y ahí, pienso que, y más jugando en casa, debieron darnos un poco más, aunque entiendo que no es fácil tocar así...
Quizá quede ese pero como motivación extra para cuando nos volvamos a ver en un concierto más libre, el que ellos y todos nos meremos. Ya queda menos para llegar a esa orilla.
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