Andrés Suárez, cantautor de libre latido
Por: Sandra Cortés
Andrés Suárez sale más que puntual, por adelantado. Hemos llegado a y diez y el ambiente en la sala es casi ceremonial: gente sentada en corrillos en el suelo, y silencio. Poca gente, la verdad, pensamos. Luego seremos unos 400, en comunión con este cantautor ferrolano de voz potente y corazón de libre latido.
19 Mayo de 2018 en sala Santana 27, Bilbao
- · Grupo: Andrés Suárez.
- · Público: Unas 400 pesonas.
- · Precio: 25 euros en venta anticipada.
- · Promotor: Actúa Comunicación.
Andrés Suárez sale más que puntual, por adelantado. Hemos llegado a y diez y el ambiente en la sala es casi ceremonial: gente sentada en corrillos en el suelo, y silencio. Poca gente, la verdad, pensamos. Luego seremos unos 400, en comunión con este cantautor ferrolano de voz potente y corazón de libre latido. Andrés Suárez aparece entre aplausos y risas comedidos.
"Vicente, no hay corriente" , pisando los pedales y mirando hacia la mesa de sonido, el técnico arregla el desliz. Cuenta Andrés que han tenido una tarde de locos, donde no funcionaba nada y adelanta que de tardes así salen conciertos magníficos así que comienza con "Que levante la mano".
Y nos convence de que va a ser una noche magnífica... cuando canta los versos finales de "Te di vida y media", ese "Nada más", que se oye a lo lejos en la versión en disco de su Mi pequeña historia, que ahora grita aferrándose a su guitarra, que nos pega al suelo el alma y desgarra hasta al león más fiero. Qué honestidad la de este hombre, miro a mi acompañante y está muda: acaba de conocer a este músico gallego y le ha convencido en la segunda canción.
Arriba, en escena, sólo hay guitarra y piano, arropado a veces con un violín. Van desgranando "Necesitaba un vals para olvidarte" y luego "Ahora se fue".
Estamos ya todos metidos en el concierto y comenzamos a cantar "Vuelve" sin que él la cante hasta el verso "Te conozco de siempre y llegaste hace un rato". Y confiesa: "Os he echado de menos". Suena "No saben de ti, ahí va la niña" y ya la sala Santana 27 escucha todo lo que tenga que cantar y decir: "Bienvenidos a la presentación de mi disco mas alegre", se ríe. Reímos. "Estoy a dos discos de un disco de rumbas". Carcajada sonora, generalizada, la tónica de la noche, por momentos parece un monologuista: "Pero ya estoy bien", avisa.
Foto: Andres Suarez en el concierto en Santana 27, Bilbao
Llega "Voy a volver a quererte" al piano, a mitad de pieza sale su amigo Marino Sáez, al violín. Tengo las manos tan pegadas al cuerpo, tan concentrada estoy en el dolor de este hombre, que se me olvida aplaudirle los temas. Andrés resulta ser divertidísimo, nada que ver con lo que nos está cantando. Nos expone cómo diferencia él al fan del acompañante observando las respuestas de la gente a su "Voy a saltar del escenario al público", o "Voy a tocar hasta las seis".
Nos cuenta que ha venido a Bilbao con la familia, que se han ido de pintxos y que sus padres han alucinado con que hubiera música por todas partes. Nos indica que la siguiente canción la hace sólo en teatros, pero que aquí irá bien porque hay silencio, tanto que incluso se oye el aire acondicionado (risas). Es cierto, a veces sigue cantando sin acercarse al micro y se le sigue escuchando, y da gusto.
Interpreta "Rosa y Manuel", la historia de sus abuelos, él enfermo de alzheimer. Recuerda tú que puedes, como aviso para navegantes... Sube al escenario a Lorelei Green, artista callejera que promueve que se deje tocar al músico en la calle sin poner multas.
Llega a través de su iniciativa #abriendoventanas que le sirve para descubrir talentos emergentes, sobre la creencia falsa de que si cantas encima de un escenario, con luces, eres un artista, pero si lo haces en la calle, eres un mendigo.
Cantan a dúo Piedras y charcos". Luego viene "Si llueve en Sevila", con él solo de nuevo, para después llamar al escenario a Abel Pintos, recién llegado para sus conciertos en Madrid y en Barcelona, que le acompaña en "Walt Disney" y a quien Andrés después cede su público para que haga dos temas propios "El adivino" y "Cómo te extraño", mostrando una grandísima generosidad hacia el argentino y hacia nosotros. Aplaudimos a rabiar a Abel, que en directo nos ha dejado mudos. Vuelve a escucharse el aire acondicionado...
Llegamos al final, Andrés avisa de que estos son oficialmente los bises, pues no hay tiempo para pausas tontas de 5 minutos, hay otro concierto después y él se va a quedar hasta que le echen: "Tal vez te acuerdes de mi" y "La vi bailar flamenco", esta última Andrés y Marino, sin micros, suenan en total acústico y unplugged, contenidos los dos, a guitarra y violín. Al llegar a "El corazón me arde", brotan coros, aplausos... esto se acaba.
"Os quiero. Gracias y gracias, Bilbao". Se tienen que ir. Les hacen señales ya de que corten. "Una de las noches más increíbles", admite. Aún así, se rebela: "Perdón por los bailes" termina el concierto a capella, con su voz rota... "Ay amor, cargado de recuerdos en la luz que amanece, diciendo que tú sonríes más ahora", sonando a oscuras, sin guitarra. Al otro lado del escenario ya no hay silencio. Tronío.