Los chavales del pueblo van montar un festival. Esa frase suena mucho pero rara vez tiene el compromiso de cuando salió de boca de Melchor Roel, alcalde socialista de Viveiro, Lugo, tras reunirse en 2006 con un adolescente llamado Iván Méndez Rodríguez, fundador del Resurrection Fest, ese festival dedicado al hardcore, punk y rock de alma metal que ha puesto en el mapaa un pueblo costero de 15.000 habitantes, hoy punto de peregrinación para miles de personas. En aquel otoño de 2006, Iván, parte del grupo Twenty Fighters, en la foto central con la camiseta trompetera, encabeza el grupo de adolescentes y veinteañeros que levanta la primera edición del Resurrection, idea apoyada por un entusiasta Roel, tal y cómo destaca el equipo del Resurrection cuando se les pide evocar sus anónimos inicios. Ese debut festivalero ofreció conciertos de Sick of it all, Walls of Jericho, los citados Twenty Fighters, Anal Hard, Ofensiva, The Band Apart y Sound of System... es decir, un maratón de música que nunca baja el volumen de los amplis ni de los coros. El arranque apostó por la entrada gratuita, igual que la segunda edición. El cartel de esa primera cita mostraba logotipos que resumían el apoyo del sello burgalés Fragment Music, importantisimo durante 20 años en la escena punk y hardcore, así como el del Ayuntamiento de Viveiro y EastPak RockZone al lado de un modesto logo de ONP crew, Old Navy Port Crew, anticipo de lo que sería ONP Productions, la empresa que conduce Iván con su hermano David. Dicho cartel primerizo lucía un diseño gráfico firmado por Marcos Paraños con el nombre de los grupos en blanco y negro sobre fondo oscuro tiznado de tonos rojizos como cenizas del infierno. El primer Resurrection se celebró un 18 de noviembre de 2006 tras el campo de fútbol, entonces nuevo. Ya en 2007, movieron el festi al verano, encarando la segunda edición a mediados de agosto, con dos días de conciertos, también de acceso gratuito. Los Napalm Death fueron el gran reclamo de esa segunda edición donde las ayudas crecían algo al sumarse timidamente firmas como HFMN. Si 2007 marcó el acertado cambio de fechas hacia los meses de verano para facilitar el viaje de público desde lejos de Viveiro y ofrecer área de camping, 2008 trajo el otro gran impulso para mantener vivo el proyecto: cobrar entrada. En aquel caso al precio de 10 euros en venta anticipada, se pudo gozar de los conciertos de Misfits, Agnostic Front y SA, entre otros. La tercera cita anual reunía una decena de pequeños patrocinios, prueba de que las cosas se estaban haciendo bien. A todo esto, Iván, ya fuera del instituto en 2008, siguió estudiando algo más que discos y festivales extranjeros. Hoy, Licenciado en ADE, Administración y Dirección de Empresas tras estudiar en la Universidad de Santiago de Compostela de 2004 a 2010, este promotor lucense comparte con su hermano David, también licenciado ADE, una pasión convertida en profesión. Iván y David, David e Iván, son sin querer la versión moderna y hardcore de aquellos hermanos Morán que un día pusieron a Benicassim en el mapa mundial de las grandes giras hasta que decidieron vender el FIB a los británicos, un FIB, por cierto, fundado por otro soñador de pueblo, El leonés Luis Calvo. Ahora mismo, viendo el motor cultural, musical, económico y turístico que supone el Resurrection Fest para Viveiro y Lugo tras once ediciones in crescendo, no me extrañaría que los hermanos Méndez recibieran ofertas para vender su proyecto aunque dudo que lo hagan. Igual que Roel pidió que sonase durante su entierro la canción Born To Be Wild, Nacido Para Ser Libre, de Steppenwolf, hay algo de esa letra tatuada en el ADN de estos chavales lucenses que un día soñaron con tener en su pueblo algo más que el sonido del mar y lograron que hasta Iron Maiden situé ya a Viveiro y al Resurrection Fest en el mapamundi de ese planeta llamado Rock. Xabi Sanmartín C. / @xabisanmartic / Periodista