Un colaborador de LA GANZUA Que no quiere ser citado suele decir que vamos camino de que salgan grupos tributo de los grupos tributo... No sé si llegaremos a tanto pero no es fácil tocar las canciones de Pink Floyd sin caer en la copia fría, reto del que los Pink Tones llevan años saliendo felices, y no veo a nadie capaz de imitar lo que ellos hacen. En década y pico de trayectoria, los Pink Tones han ido crecido y desde hace cinco años pero es fácil que sus actuaciones acaben izando esta bandera: Sold Out. Pink Tones son algo más que un grupo tributo de Pink Floyd. Lo son porque lo dicen y, en especial, porque lo demuestran. Su directo va más allá de la versión hasta pulir su interpretación como señal de respeto al legado de esa banda británica cuyos líderes, Roger Waters y David Gilmour, llevan años tirándose piedras del muro que les unió. Los ultrafans de un grupo saben bien cuando hay verdad y cariño al revisar el repertorio que tanto aman. Temas míticos de Pink Floyd como Echoes, Money o Another brick in the wall, hits de los años 1971, 1973 y 1979, respectivamente, pueden sonar igual pero no llegarte al alma, todo depende de quien los toque. Los fans de Pink Floyd han llevado a Pink Tones hasta donde están, siendo de las formaciones que mejor entiende que conviene cuidar forma y fondo aunque toques en una sala. Esa es su filosofía al hacer versiones de ese rock que Pink Floyd convirtieron en arte desde la mera portada de un disco, al concepto global de un álbum pasando por la iconografía de cada lanzamiento, buscando despertar mil sentidos, los conocidos y los que habitan la otra cara de la luna.

Es muy probable que ni tu ni yo veamos jamás a Pink Floyd en concierto, sea con Gilmour y Waters, con uno de ellos, o con otros relevos. No pasa nada. Y quiero gritar que si vas a ver alguno de los próximos conciertos que Pink Tones van a dar el sábado 14 de octubre en la sala Kafe Antzokia de Bilbao, el sábado 4 de noviembre en la sala La Riviera de Madrid y o el sábado 18 de noviembre en el Auditorio Mar de Vigo, parte de la gira Return of the son or nothing vas a descubrir a un grupo que convierte lo que parece un premio de consolación en una medalla que más que de oro, plata o bronce, está hecha de pasión. Hay cuartetos de cuerda que viajan por el mundo tocando el repertorio de Vivaldi y en el siglo XXI el bum de los grupos tributo revela que el rock ya tiene historia suficiente como para convertir canciones de hace medio siglo en clásicos populares, que diría el añorado Fernando Argenta. Pink Tones son Álvaro Espinosa, guitarra y voz; Nacho Aparicio, teclados; Cefe Fernández, bajo y voz; Antonio Fernández, batería; Pipo Rodriguez, saxo, guitarra y voz; Gabi Bergareche, técnico de sonido; Ángela Cervantes, voz; o Cris López, voz, todos haciendo posible recrear el mundo de Pink Floyd durante dos horas. Y miles y miles de personas quieren participar de todo ello. Eso es el rock. Xabier Sanmartín C. / @xabisanmartic / Periodista