Hace unas semanas una amiga y colaboradora de LA GANZUA me preguntaba por Bruce Springsteen, quería saber qué tiene el músico norteamericano para gustar de una manera tan distinta de otros iconos de la música actual, qué le hace especial, cómo son sus conciertos para seguir siendo largos e intensos así lluevan los años. Bruce, es fácil llamarle así si le has visto en vivo, transmite verdad, pasión, cercanía, rock y entrega, mucha entrega.

Este mes día, el programa La Madeja, que se emite en Radio 3 cada domingo de 17 horas a 18 horas, dedicó un especial a Springsteen, apodado The Boss, El Jefe.

Fue uno de esos momentos perfectos para alegrarse de pagar impuestos para que exista una emisora pública capaz de ofrecer este tipo de contenidos.

Bajo la conducción de Ricardo Aguilera, La Madeja mezcló temas del nuevo disco del Boss, titulado High Popes, con declaraciones suyas sobre sus ídolos y temas de dichas influencias.

Nacido en 1949 en New Jerssey, Estados Unidos, Bruce dice que empezó por adorar a Elvis Presley, un demonio para la sociedad norteamericana en los primeros años 50. También le marcó en su inicio ese hombre de negro llamado Roy Orbison, capaz de clavarte una navaja en el ombligo de tus inseguridades de adolescente, llega a decir el Boss.

Aparte de referentes del primer rock and roll, también cita a Hank Williams, maestro gruñón del country, y al productor Phil Spector, que era todo lo contrario con sus muros de sonido de soul cristalino a base de tres minutos de orgasmos, según relata el propio jefe de Jersey.

Los años sesenta vivieron el bum del pop británico, y de esa tendencia cita a The Animals, de quienes admira su orgullo de clase trabajadora, y a los Beatles, de quienes destaca su capacidad para emocionar desde una valiente simplicidad.

Hablando de música simple, que no simplona, Bruce menciona además a Woody Guthrie, la conciencia social pegada a una guitarra.

Su repaso de los rios que han marcado las aguas musicales de sus venas termina con el caudaloso Bob Dylan.

Dylan nos dio la palabra para expresarnos en unos años sesenta donde no sabíamos ni qué decir ante tal avalancha de cambios.

Springsteen pone a Dylan, ocho años mayor que él, por encima del resto de influencias y, qué casualidad, el ídolo de la amiga que me pregunta por el Boss es precisamente Bob.

por xabier sanmartín c.