Sam Cooke fue el primer músico negro que creó su propia discográfica. Lo hizo a mediados de los años sesenta. Su decisión rompía las cadenas que sentían la mayor parte de músicos dentro del negocio de la música, fueran blancos o negros. Entonces, se firmaban contratos según los cuales el protagnista recibía un porcentaje muy bajo del dinero que generaba la venta de sus discos.

Cooke también fue un pionero a la hora de hacer algún tema de letra dura, A change is gonna come [Un cambio está por llegar], aludiendo a los disturbios raciales que asolaban los Estados Unidos de la América de los Martin Luther King y Kennedy, ambos asesinados, como lo fue él... antes de ver cumplido su sueño compartido.

En aquella misma época, Billie Holiday, se empeñó en

grabar un tema titulado Strange fruit, cuya letra aludía a los cadaveres de ciudadanos negros colgados en los estados del Sur en plena época de combate contra el racismo; dicen que esa decisión le cerró a Holiday muchas puertas del mainstream, pero abrió otras más emotivas.

Nina Simone, también contradijo el veto de ciertas discográficas, y grabó un tema donde cantaba al piano citando ciudades que rechazaba pisar por sus leyes discriminatorias...

Son solo tres ejemplos de quienes dieron la cara para combatir el racismo antes de que esa causa se pusiera de moda; son detalles que se contaron el pasado sábado en La Noche Temática, en La Dos.

Uno de esos documentales se titula... Black Music. De las cadenas de hierro a las cadenas de oro, producción francesa de Program 33 y ARTE France de 52 minutos de duración, dirigida por Marc Auréle Vecchione y editada en 2008. No sé si esta a la venta, pero lo buscaré [Obama ya lo tiene].

Ese reportaje dejó claro que la canción protesta es mucho más el estilo popularizado luego por Bob Dylan, Joan Baez y demás.

El blues, el soul y el jazz, no votaron para cambiar las leyes pero sus sonidos jugaron a favor y jugaron con usando ases con nombre propio.

Un saludo, y FELIZ INICIO DE 2010!!!

xabi ;-)