¿Es lógico que al grupo ganador de un concurso para nuevas bandas el festival organizador le quiera cobrar la entrada y hacer que sus miembros paguen el camping en lugar de invitarles a un hostal cuando tocan como parte del cartel?
Si ese festival fuera uno pequeño, de esos que sale adelante con el esfuerzo de una asociación cultural y cuatro bares de su zona... se podría entender pero cuando eso lo hace uno de los festivales con más presupuesto del mapa estatal... ¡algo va mal!
El grupo en cuestión protestó y alguien les dijo... "Hay doscientos grupos que aceptarían esas condiciones e incluso peores". Entonces, un componente de esa formación ganadora respondió: "Nosotros no somos uno de esos doscientos grupos, somos... nosotros".
Esa historia real me recuerda un diálogo que me encantó, lo vi en una película en blanco y negro:
"El respeto de los demás empieza por el respeto que se tiene uno mismo".
Jesus