Disco favorito de Oscar Quant: Sam Cooke y su Nigth Beat
Oscar Quant, cantante del grupo ferrolano de pop rock Skyhooks, y autor del libro Bailando Sobre El Parqué (Editorial Milenio), apuesta por el soul a la hora de citar un disco que le emociona de modo especial, y ese es Nigth Beat, de Sam Cooke.
Oscar Quant recomienda el disco de Sam Cooke, Nigth Beat, publicado en 1963.
"Quizá no sea la definición más precisa y exacta para 'Mi Disco Favorito' pero no quería caer en lo obvio [¿London Calling?, ¿el primero de The Modern Lovers?, ¿aquel de Roy Orbison?, ¿a lo mejor este de Phil Seymour?]... y además, estoy convencido de que después de un fin de semana de confinamiento devanándome los sesos para escogerlo, esta elección no puede estar equivocada. Ya lo decían los Brigthon 64: 'y yo solo en casa con Sam Cooke!'
Este es el disco más elegante jamás publicado. En estos días, la primavera más extraña posible, lo único que puede salvarnos de caer en la tristeza es la búsqueda desesperada de la belleza. Y Nigth Beat, lo es.
Lo descubrí, como muchas otras músicas, gracias a otro de mis ídolos: Elvis Costello, que publicó hace ya algunos años una enorme lista con sus 500 discos favoritos [mucho más fácil que limitarse a uno], entre ellos esta joya de Sam Cooke. Yo conocía los súper hits y singles del bueno de Cooke pero, por alguna extraña razón, aquellos recopilatorios apenas incluían ciertas canciones de este álbum.
Grabado en únicamente tres sesiones de estudio en 1963, contando con músicos tan extraordinarios como Billy Preston [¡Con solo 16 años!; probablemente sea el músico que más acontecimientos históricos del Rock and Roll haya presenciado] y el inigualable Hal Blaine a la batería [unos meses después grabaría el ritmo más reconocible y famoso de la música pop: PUM PUMPUM PÁ! Ya sabeis... Be my baby!]
La colección es un gran y elegante cocktail de rhythm and blues y soul de salón. Con algunas composiciones del propio Sam y versiones que pronto serían standards del soul y blues [Red Little Rooster de Willie Nixon] en donde ningún músico sobresale por encima del resto, todos se ponen al servicio de la canción.
No espereis virtuosos y aparatosos giros instrumentales, aquí solo se persigue la emoción y el arreglo exacto. Las notas justas en el instante preciso, ni más ni menos. Sin más meta que la de llevar en volandas y mecer a la auténtica estrella: Sam Cooke. ¡¡¡Esa voz!!!
Su portentosa garganta no lo es tanto por su registro tonal, si no más por su capacidad para emocionar con su fraseo y su dominio para alargar las sílabas exactas sin apenas dificultad para respirar o tomar aliento. Él no necesitaba demostrar en cada inflexión vocal lo bien que cantaba [como odio esos vocalistas pedantes que buscan constantemente el adornarse con requiebros innecesarios]. Cantaba con la fluidez y cadencia digna de un maestro, con la elegancia de un dandi negro...
Sin duda, Sam lo tenía. No sé muy bien el qué... pero lo tenía.
Presté este disco a una amiga hace unos años [nunca presteis vuestros sus discos pero, por favor, si de verdad sois buenas personas: nunca los pidais prestados]. Durante mucho tiempo no me importó que ella no me lo devolviese, lo escuché tantas veces que se quedó grabado tan a fuego en mi memoria que podía rememorar sus 12 canciones en mi cabeza. Y ahora que lo pienso, tal vez sea el momento de recuperarlo". [Artículo escrito por Oscar Quant para La Ganzúa]
DETALLES: Casi duele decirlo pero Sam Cooke solo vivió 33 años [1931-1964], eso sí, lo suficiente para pasar a la historia como uno de los grandes cantantes de soul de los años 60.
CURIOSIDAD: El disco que citamops incluye una versión de "Little Red Rooster", composición de Chester Burnett / Willie Dixon, grabada también años después por grupos tan variados como Rollings Stones o The Jesus and Mary Chain.
