Pop. A veces hablamos mucho de música, casi demasiado... Y agradeces escuchar música que vive de espaldas al mundo pero sin saberlo. La historia de este gallego llamado Magu Castromil, O Fillo Pausado, arranca a finales de los 90 cuando edita un vinilo con ladridos de emoción, cuyas letras son una cometa abandonada a las interpretaciones. El derroche va a más en un soberbio cd, Ele. "Soy un niño que vive en la esquina de una ele", reza la presentación. Lograda imagen para quitar el freno a la imaginación.
Amante de Nick Drake, de LLuis Llach, de Nick Cave, de Pink Floyd... edita su música a través de ediciones Antropopmórficas, juego de palabras que puede servir de etiqueta.
Pone la edición y el master de sus discos en manos del gran Javier Abreu a través de Man Records. E incluye las letras de una narración que vive con y sin música. Cuenta con músicos vigueses como Víctor Barberena para arrastrar su voz entre susurros, gritos o silencios y en su último cd, Sono, se desprende de ropaje instrumental.
Ya no asoman esas bases rítmicas que en Ele tendían un puente a los oidos menos esforzados: No, O Fillo Pausado, se sube en Sono al trapecio del mortal sin red. Y hoy, quizá como ayer y como mañana, ante música que es sólo pose, pretensión arty, postureo hipócrita, la música de Magu es un sopapo sin mano.
Magu tiene voluntad, hace, deshace, imagina, toca la sicodelia de la independencia y edita discos bonitos por fuera y áridos por dentro. Y de su tirada limitada, compran discos desde todos los puntos de la Península Ibérica.
Tú puedes hacer lo mismo, iba a escribir que debes hacer lo mismo pero... poner eso sería contra natura. El riesgo existe y nos gusta, ¿a tí? Apartado Correos 1980 · 36200 Vigo.