Nunatak se están partiendo el pecho para crecer. Ahora estrenan el disco Nunatak y las flores salvajes, firmando así una tacada de cuatro trabajos en cinco años, todo un ejemplo de brega continuada.

Editado por Warner en digipack desplegable con letras incluidas, arranca con "Quiero que arda", corte que se abre suave y crece sin llegar a ese brío contagioso que propone "Mi gran virtud (donde cantan "El futuro no está escrito"), corte cercano a ese pop rock que propulsado por el éxito de Vetusta Morla que cada grupo nacido más tarde roza su manera.

Los vetustos madrileños junto a Izal (me vienen a la cabeza al escuchar "En tu nombre", canción de alma épica) pueden servir de referente para acercarte a este álbum de este grupo de Cartagena que contó con Jorge Guirao, miembro de Second, en la producción del sonido de las guitarras en este trabajo con producción global de Raúl de Lara, que ya trabajó antes con ellos.  

Hay un corte de dos minutos muy hermoso, "Viento del sur" que evoca el folk rock anglosajón de sonido acústico a medio fuego, y me parece lo mejor del disco junto a "Hijo de la tierra", composición casi gospel donde brilla la colaboración del coro Auroros del Rincón de Seca con unos fantásticos arreglos.

El pop más vitalista del disco lo pone "Coge mi mano" y la lírica más social "Criminal de guerra", otro de los momentazos de un álbum que concluye de forma reflexiva con "Ya he ganado".

Parte del equipo de LA GANZUA vimos tocar a Nunatak hace meses en Santiago de Compostela y dio la sensación de que su vocalista estaba algo solo, cargando con demasiado peso sin poder siempre con ello... Ojalá su directo gane empaque. La escena indie necesita bandas tan trabajadoras como ellos para que germinen más flores salvajes.