El sello discográfico mallorquín Espora Records irrumpe en este año 2016 con más publicaciones que demuestran que se puede confiar ciegamente en su criterio. Semanas atrás hablábamos de Relatos Cortos 2 de Miki Serra, un excelente EP con siete canciones redondas. Poco después, el sello publica el nuevo trabajo de Los Bélmez: El novio de la muerta (Espora Records, 2016) grupo formado (en el momento de la grabación) por: Jonatan Uría (voz) Carlos Ordinas (guitarra, teclados y coros) Jaume Ramón (bajo) Ginés Fernández (batería y percusiones) Jonás Salvador (saxo).

"El título de este tercer trabajo discográfico de Los Bélmez, iba a ser "Ya hemos pasao", como aquel cuplé que invadió la España de postguerra, ridiculizando el "No pasarán" de los vencidos. Hemos decidido cambiarlo, porque sonaba demasiado festivo. Y ya está bien de coñas y de bromas".

Y efectivamente ellos mismos lo definen a la perfección. Hay, durante las once pistas del disco, un ambiente oscuro que predomina, aunque hay que matizar. No hablo de algo musical y letrísticamente depresivo, en absoluto, hablo de sarcasmo, de ironía, de gamberrismo, de clavar verdades directa e indirectamente. Todo ello dentro de un estilo musical que podríamos intentar etiquetar entre pop, rock e incluso algo de punk (en actitud) y alguna pincelada indie, aunque prefiero que no hagáis demasiado caso. Tienen un sonido bastante peculiar y con mucha personalidad. Hay que entrar en el juego que proponen. Es un disco a degustar sin prisas. Sin hacer caso a la primera escucha, dejando que penetre poco a poco.
"A medida que íbamos registrando y mezclando las canciones de este nuevo disco, pudimos percibir como la oscuridad y la violencia ganaban terreno. Tiene una carga eléctrica negativa que no es premeditada, ni tampoco una forma de hacer marketing. Los Bélmez y lo paranormal van unidos. Unas litronas que pasan de boca en boca y un montón de ideas y de recursos que se van probando, hasta que algo nos convence. Así son nuestras sesiones de grabación. Porque la versión original, la que tocamos en los ensayos, siempre nos pide algo más".

En el apartado musical, es un disco que de primeras parece bastante sencillo, y en parte es así, pero con las escuchas uno se da cuenta de los matices y los arreglos que contiene. Aunque hablamos de un disco de melodías y de estribillos, Los Bélmez otorgan personalidad y ofrecen canciones con vida propia.

Generalmente cada canción cuenta una historia. Puede que literal o puede que con diferentes sentidos. "90 Euros" se puede entender como crítica al sistema aunque también se puede mirar desde el otro ángulo; "Los chicos malos" es toda una declaración de intenciones; "Todas las noches" podrían ser las consecuencias del insomnio con frases como "Intentar dormir es perder el tiempo. Sé que pasaré la eternidad despierto" o "Chaval", que aunque tiene el componente humorístico "antes ibas de porros y litronas, ahora le entras a las cuarentonas" Que, la verdad es que es más real y seria que lo que parece. El paso del tiempo y sus circunstancias "no envejecen nunca las canciones, tus resacas huelen a gin tónic, y a soledad. En tu alma llevas tatuado el estigma de los divorciados".

"El plan de Los Bélmez desde el principio ha sido trascender. En el tiempo, (hemos surgido para torturar con el pasado), y en el espacio, (siempre hemos tenido el ojo y la bala puestos en la península Ibérica). Nuestro sueño es Madrid, pero de momento, nos hemos estrenado en el Monkey Week, Cádiz, en octubre, con Astrolabio como compañeros de viaje y Espora Records dando soporte a todos los niveles. Es un buen principio. Muy buen principio".

No quiero acabar la reseña sin comentar el magnífico diseño gráfico del disco confeccionado por el artista mallorquín Tià Mas. En definitiva, un disco que no hace más que confirmar lo que está más que claro. La escena balear está plagada de buenas bandas. Solo hace falta que el público se anime.