13 Febrero de 2016 en sala Capitol, Santiago de Compostela, A Coruña

• Grupo: Nacho Vegas
• Público: Casi lleno, unas 750 personas.
• Precio: 18 euros en venta anticipada, 22 en taquilla.
• Promotor: Ciclo SON Estrella Galicia.

Nacho Vegas está logrando más repercusión en el mundo de la Política que en la de Cultura. Este mismo año, su concierto en el Festival Mil-lenni de Barcelona generó un ruido atronador tras hacer sobre ese escenario lo que algunos califican como ataque fuera de lugar a los bancos y al patrocinador que le contrató, Banc Sabadell, y lo que otros llaman necesario grito público contra la cruel legislación de las entidades bancarias.
Y su concierto en Santiago tampoco abraza facilmente las medias tintas. Allí se han juntado tal cantidad de políticos que muchos no sabían si era un mitín o la actuación de ese músico asturiano con talento folk rock nacido en Gijón en 1974.

La última vez que vimos a Nacho Vegas en Galicia fue en esta misma sala en mayo de 2011, show donde acabó diciendo: "Vámonos a casa que llegamos a tiempo de ver El Gato Al Agua..." pero ni él ni nosotros lo hicimos y varios bares después coincidimos en la acampada del 15 M de la Praza del Obradoiro, donde le felicitamos por aquel impresionante concierto, muy diferente al de esta noche. Tras 37 minutos de retraso, en un local casi lleno, Nacho Vegas sale vistiendo de oscuro riguroso, con su chaqueta y guitarra detrás de ese característico flequillo hasta los pies pero hoy más arropado que nunca.

Su banda tiene teclados [el gran Abraham Boba], bajo, batería, dos guitarras y además las 15 voces del Coru Internacional Antifascista Al Altu La Lleva, juntos bajo una pantalla gigante con la portada callejera de su último disco, el EP Canciones Populistas. Ese álbum de activismo social marca la primera media hora, con temas muy coreados pero cuya letra no está a la altura de las grandes canciones de este talentoso astur. Ese trabajo está dedicado al Phil Ochs, cantautor norteamericano de quien revisa "Love me, I'm a liberal", convertida en "Ámame, soy un liberal".

"Y ya que estamos con canciones populistas para populistas... ahi va ésta", dice Nacho tras desgranar ese EP, arrancándose delante de un atril con la chuleta con un clásico popular del folk de Galicia: "Pousa, pousa, pousa...". Al instante se desatan palmas a ritmo más propios de una romería campestre que de la biografía indie de quien fuera parte de Manta Ray, pasado desde donde ha ido creciendo con zancadas solitarias entre folk y rock con secundarios de lujo como el citado Boba o Xel Pereda [con quien montó un interesante proyecto paralelo, Lucas 15, que ya daba pistas de la inquietud del Nacho post Manta Ray].

Esa larga intro sociopolítica incluye la maravillosa "Taberneros", de La Zona Sucia [2011, Marxophone], tempo lento basado en una tonada astur tradicional que nos mece a todos en una Capitol que acuna coros con mucha presencia asturiana arriba y enfrente del escenario [algunos gritando: "Vamos Nachín..."] mientras cantamos el estribillo: "Ya se fue mi amor, lo sentí marchar, esta noche me voy a emborrachar... me voy a emborrachar".

Tras 40 minutos, el coro se va. Pierden peso las consignas y empieza lo que hace unos años sería un concierto habitual de Nacho Vegas, que si bien es cierto que no ha cambiado de una noche turbia a una mañana reveladora, sí es verdad que ha acelerado mucho la politización de su carrera en los últimos dos años.

Y llega "Actores Poco Memorables", de Resituación [Marxophone, 2014], que prueba que el todo que forman cantante y grupo, suena mejor sin el coro, con más pegada porque composiciones como ésta, más trabajada que las de Canciones Populistas, llegan al corazón y a la conciencia.

El grafismo del Ep da paso a otro pantallón con una guitarra gigante dibujada en grises con el lema "This Machine Kills Fascists" (Esta máquina mata fascistas). Al sonar "Nuevos Planes Idénticas Estrategias", de Desaparezca [Limbo Star (2005], y su hermoso vals del "lala... lalala..." llueve otra muesca del mejor Nacho Vegas, con la banda engrasada, a ratos desatada a nivel instrumental para dar un puñetazo sónico en la mesa, quizá un guiño al pasado en Manta Ray. En esta especie de miniconcierto, el astur suelta la guitarra muy pronto y actúa como una mezcla de crooner con preacher (predicador) mostrando algún tic que me recuerda a Nick Cave aunque, a medio metro, escucho decir a un fan muy fan: "que parece Raphael").

Al empezar el viaje de "Gang Bang" [Cajas De Música Difíciles De Parar, Limbo Starr, 2003], el acordeón del vigués Boba camina mientras Nacho entona moviéndose por el escenario con los brazos abiertos llevando la batuta invisible de una orquesta de emociones cantando... "Y una niña susurra a tu oído; que han desahuciado a la familia Botín; y que han cambiado el significado de algunos verbos como disfrutar".

Encadenan ese aplaudidísimo momento con uno de sus grandes hits, "La Gran Broma Final" [de La Zona Sucia], ese trozo de romance hecho de historia e histerias jodidas en vidas sabedoras de "que ya nada será igual", un cierre del set por todo lo alto con un bonito solo de Abraham al piano (ojo, ultima nuevo disco en solitario) yéndonos todos felices hacia el bis.

Bajo el tercer panel escénico de la noche [el dibujo de un muro de ladrillos agujereado], la prórroga se abre con Nacho Vegas solo en escena, guitarra en mano, susurro en boca, para guiarnos hasta la "La Luz de Agosto en Gijón" [de Resituación], que a los tres minutos añade a toda la banda. Y además sale el coro, y Nacho pone los pies en la lengua de la Asturias que evitan las postales y entona "Vinu, cantares y amor", canción escrita por encargo de la empresa de vinos Ramón Bilbao [lo explica en este vídeo donde es entrevistado por la firma mientras sostiene una copa de vino].

Y luego Nacho canta "El Hombre Que Casi Conoció A Michi Panero", otro ejemplo de su mejor faceta como cantautor. En medio de ese crescendo alegre donde unos le llaman chaval y otros le dicen caballero, la sala vuela en comunión sin que rompa la magia un desliz suyo que quiebra el tema dando puerta a un fugaz pero incómodo silencio que él rompe así: "Siento haber olvidado la letra de mi canción más conocida ...", risas, gritos, aplausos de apoyo, más gritos, sonrisas y palabras, cántico y además tarta por los 40 años de un miembro de su banda. Se canta el cumpleaños feliz y vuelve la música previa a una ovación final tras hora y media de concierto.

Ya saliendo tras el agradecimiento de Nacho voz en alto hacia la sala, el público y el técnico de sonido [el gran César Verdú, de Schwarz] en un concierto que ha cerrado la gira de Canciones Populistas, noto que mientras unos hablan en el hall de que al concierto ha acudido tal alcalde, otros a mi lado planean una campaña en redes sociales para favorecer a cierto candidato y al ir al baño escucho que algunos echan de menos al Nacho Vegas de anteayer.