01 Noviembre de 2019 en Sala Repuvlicca, Valencia

• · Grupo: La Maravillosa Orquesta del Alcohol - La MODA.
• · Público: Unas 1.500 personas. Entradas agotadas.
• · Precio: 20 euros.
• · Promotor: Black Izar / Promociones Sin Fronteras.

 
Poco antes de las 23 horas ya comenzó a entrar público a la Repvblicca, un recinto que se fue llenando hasta completar el aforo ya que desde hace semanas existía cártel de sold out. Para amenizar la espera sonaron por los altavoces canciones del primer disco de La Maravillosa Orquesta del Alcohol - La MODA, titul ado The shape of Folk to come (cantado en inglés). Cuando el reloj dio las 23:00 h se apagaron las luces y una canción del mítico Johnny Cash inundó la sala valenciana.

A continuación, los 7 miembros que componen la M.O.D.A , todos uniformados con su mítica camiseta de tirantes, saltaban al escenario para lo que calificaron como “el principio del fin”. "Mil demonios" fue la canción elegida para comenzar. El cantante (David Ruiz) aprovechó para saludar al público con un Bona Nit muy valenciano.

Después de ese inicio tan energético, fue el turno de “Nubes Negras", corte de su segundo disco, ya en español (La primavera del Invierno). Ese pequeño momento de calma se acabó pronto al tocar luego “Vasos Vacios”, uno de sus temas más conocidos.

Tras este inicio, David aprovechó para agradecer al público su asistencia. Dijo que no suelen hablar mucho en los conciertos "porque ya hablan las canciones por ellos”.  Después, sonó  “Una canción para no decir te quiero”.

El repertorio fue saltando de un disco a otro. Casi se pudo escuchar entera su discografía. Al interpretar “Miles Davis”, modificaron algo la composición original para incluir hoy un magnífico solo de saxofón.

De repente se escucharon los tambores y eso significaba que era el turno de “La Inmensidad”. Tras esta, llegaron “El Camino” y “Altamira”, ambas de su sencillo “7:47 (ni un minuto más)”, que cuenta con una gran carga emocional.

Añadieron detrás “O naufragar” y “Los hijos de Johnny Cash”, parte de un concierto cada vez más emotivo, en gran medida por el gran poder que tienen las letras del grupo nacido en Burgos. Tras esto, los propios músicos lanzaron botellas del agua al público por el asfixiante calor que se vivía en la sala.

Tocaba el turno de uno de los himnos de “La M.O.D.A”, “PRMVR”, donde el público se dejó la voz, trazando uno de los momentos más emocionantes de la noche. Seguidamente, se escuchó “Catedrales” y “Las flores del Mal”, ambas del álbum “La primavera del invierno”.

 
 

Posteriormente, hubo un momento instrumental donde pudimos oír la gran variedad de elementos con los que cuenta La M.O.D.A, uno de sus aspectos más relevantes. “Vals de muchos” fue la canción que hicieron tras esa pausa lírica.

Al rato, un solo de saxofón inundó de sonido la sala Repvblica, eso solo significaba una cosa, “Los Lobos” habían llegado. A este clásico del grupo le acompañó “Quién nos va a salvar”.

Llegaba el momento de mirar hacia atrás, el cantante, dando voz a la banda, habló de su trayectoria. 9 años llenos de buenas canciones, 4 discos, muchos conciertos y sobre todo, mucha pasión y carretera. Como no podía ser de otro de modo, para recordar los 9 años interpretaron “La vieja Banda”.

Rescatamos la frase "Siento que pertenezco a este momento", y así nos sentíamos todos en esta actuación, esclavos del momento y disfrutando como nunca de estas canciones tan profundas. Luego fue el turno de “Colectivo Nostalgia”, donde el piano cuenta con mucha importancia en un corte lanzado ajeno a cualquier disco hace pocos meses.

A continuación, brotó uno de los momentos más esperados. Entró el cantante Juancho Marqués, amigo y colaborador del grupo, que hizo con ellos “Nos vamos a comer el mundo”.

Se acercaba el momento del final. El público, muy activo, sabía que se aproximaban las tonadas más míticas. Se apagaron todas las luces y un foco alumbró una bola de discoteca creando un ambiente muy bonito mientras interpretaban “Hay un fuego”.

  

Comenzaba el principio del fin en Valencia, “Himno nacional” fue la composición que nos hizo entender que este concierto era efímero. Tras ella, disfrutamos de “1932”, que precedió su salida del escenario. Entonces, casi todos comenzamos a corear el estribillo de “Héroes del sábado”, no obstante, aún quedaba rato para escucharla.

Apareció en el escenario el cantante acompañado, como siempre, por su guitarra. Dijo que ellos venían desde Burgos y que la siguiente canción iba dedicada a su tierra, interpretó “Campos amarillos”. Al acabar, salió toda la banda al escenario y se fundieron en un abrazo.

“Gasoline” era la antepenúltima, abierta con un bonito solo de banjo y llena de ritmo. Tras esta, David aprovechó para agradecer el trabajo de la gente que está detrás de los escenarios (técnicos de luces, técnicos de sonido, gente de sala…) En especial, querían agradecer el apoyo del público que había hecho muchos kilómetros para acudir a la sala. Por ello, la penúltima canción, “Nómadas”, sonó dedicada a todos nosotros.

Y llegó el final y con él, el himno del grupo. “Héroes del sábado”. Al acabarla, se cogieron todos de los brazos y de nuevo agradecieron la presencia del público. Y contestamos con grandes aplausos su gesto, nos habían hecho pasar una noche muy especial y aunque era viernes, en esa sala, en ese instante, todos nos sentimos héroes del sábado.