La Casa Azul en el playlist pop de las nuevas generaciones
Por: Texto: Marina Egea Samper / Fotos: Sanse Aure y Archivo RTVE
El público está impaciente. En Santiago de Compostela se va a vivir una auténtica noche de electropop. Todo empieza con seis minutos de retraso que, pronto se olvidan cuando aparece en el escenario La Casa Azul.
23 Julio de 2019 en Praza da Quintana, Santiago de Compostela
- · Grupo: La Casa Azul.
- · Público: Unas 4.000 personas. Casi lleno del todo.
- · Precio: gratis.
- · Promotor: Concello de Santiago / Fiestas del Apóstol / Festas del Apóstolo.
La Casa Azul pronto caldean el ambiente de la Quintana. Salen vestidos con mallas y chaquetas plateadas dignas de una película futurista, gafas de realidad virtual con cascos brillantes. El cantante y compositor, Guille Milkyway, aparece entre las luces para tocar como inicio "Llega el momento". Con esta canción, supe que el público de las primeras filas iba a estar tan motivado como cuando les descubrió por primera vez en su bar favorito un sábado noche a las tres de la madrugada.
Al rato, a mi alrededor, la gente cuchichea preguntando si dejarán para el final su canción estrella. Entendí al momento por qué lo decían. Algunos de los curiosos que fuimos a ver el concierto, nacimos el mismo año que se fundó el grupo, 1997, y hasta que los primeros temas suyos nos llegaron, hubo uno que supuso para nosotros una primera revolución.
Del álbum Polinesia Meridional [Elefant Records, 2011], suenan "Los chicos hoy saltarán a la pista", una canción con la que aprecié la doble posibilidad de la plaza para disfrutar del evento. Por un lado, podía escoger fundirme con la masa de brazos arriba y saltos estratosféricos, por otro, verlo tranquila sentada en las escaleras.
En medio de la noche, escucho: "¿Cómo puede ser que os vayáis? ¿No os quedáis a escuchar la mítica?", le dice alguien a una pareja mientras La Casa Azul toca "Siempre brilla el sol". Tras casi una hora de concierto, a estos tortolitos no les convence el grupo, ni esa canción de amor veraniego.
Hacia la mitad del show, el grupo catalán que lidera Guille decide hacer una pausa para explicar que están de gira para presentar su último disco largo, La gran esfera. [Elefant, marzo de 2019], un trabajo que mezcla nuevos temas con reinterpretaciones de parte de sus primeras maquetas.
Además, aprovechan para hacer mención a sus orígenes, que tildan de ficticios por esconderse entonces detrás de unos dibujos animados. Guille cuenta que algunos entendidos les tachaban de estafadores, y que hoy en día, por el uso del autotune, muchos aún siguen haciéndolo. Por eso añade irónico, que esos inocentes personajillos animados eran mejores músicos que ellos.
Para continuar este momento casi confesional, de nuevo Guille alude al público para reflexionar sobre el amor. Opina que cuando intentamos darle un sentido a veces pecamos al quitarle los adornos, privándole de las cursilerías que le hacen especial. El amor tiene que ser puro en toda su pluralidad de formas, asegura él antes de dejar esta pregunta en el aire: "¿Y tú, a quién decidirás amar?"
El método usado para evitar que nos perdamos en ese interrogante y volvamos a la plaza, esel inicio de "Esta noche sólo cantan para mí". En el videoclip oficial que lanzaron como apoyo salen dos chicas que patinan sobre hielo pero las imágenes empledas esta noche fueron fotografías de grandes voces femeninas, como Lana del Rey, Beyonce, Astrud Gilberto y Amaia Romero, entre otras secuencias proyectadas desde las pantalla del fondo y las dos laterales, un apoyo audiovisual constante en todo el concierto con un montaje de clips y fragtales específico para cada momento.
Poco a poco se acerca el final. Los brincos empiezan a ser menos, el público se reserva. Hay besos, abrazos, movimientos arriesgados de cadera e incluso alguna camiseta volando. Las pausas entre canción y canción son más largas, son casi dos horas de concierto y yo sólo sé que quiero escuchar ya aquel conocido: tin tin tin, tin tin ti... Se apagan las luces. Estallan los aplausos.
Oh! ¡No! ¡No es "La revolución sexual". No. Está sonando "Podría ser peor", primer single del citado álbum La gran esfera. Pienso para mis adentros: "La tocarán la siguiente, ya verás". Finalmente, tres temas más tarde, suena ese éxito y parece que vayamos a tirar abajo las piedras del suelo de la Quintana al bailar este esperado hit.
"La revolución sexual" resuena por todo Santiago y el pop bailable de La Casa Azul nos recuerda una vez más que el placer, da igual como sea, es algo que se mantiene vivo de la misma forma que esta canción mítica sigue colándose en las playlists de las nuevas generaciones.