03 Noviembre de 2019 en Sala Capitol , Santiago de Compostela

• · Grupo: Cimafunk.
• · Público: Unas 400 personas. Media sala
• · Precio: 18 euros en venta anticipada, 21 euros en taquilla.
• · Promotor: Nordesia.

Cimafunk, proyecto del cantante y compositor cubano Erick Iglesias, ha cerrado en Santiago su primera gira por aquí, probando que conviene seguir su emergente propuesta. Traza un puente entre la tradición cubana y los sonidos urbanos anglosajones de alma funky o soul. Y aquí, abrió la noche a fuego lento con "Parar el Tiempo", serenidad que duró poco dentro de un repertorio lleno de taquicardias.

Arropado por una buena banda formada por siete componentes, donde sobresalió la corista y trombonista Ilarivis García (Ilaria Cacao), Cimafunk tomó carrerilla con la segunda canción, "Basta", cercana al groove elegante en castellano de bandas familiares para nosotros como Fundación Tony Manero u O Funkillo. Y estuvo apoyado vocalmente por tres miembros de la banda, todos vestidos con camisa colorista y cintura movediza durante todo el show.

Eso sí, en el arranque se notó que algunos cambios de ritmo suenan algo forzados, en especial los de palo funky, algo lógico ya que el peso de Cuba en la música latina es gigantesco y Cimafunk nacen de ahí para abrazar otras sonoridades menos familiares, por ejemplo, a veces rompen su fraseo para rapear con alma hiphop unas veces de forma fiera y otras con chulería callejera.

La noche fue a más con cortes como "Cocinarte" y tuvo su primer gran moment o de baile sin freno al sonar "Paciente", quizá el tema más popular de ese álbum de 2017. Ahí, Erik ya cantó en la Capitol descamisado, muy a gusto entre los dobles sentidos sexuales de esa celebrada letra, pegadiza y carne de single mainstream. ¡Ah!, de sus aventuras musicales previas, el cantante cubano rescató "Alabao", de cuando era parte del grupos Los Boys.

Este cubano tiene swing e irradia un feelin que puede llevarle lejos. Su progreso puede depender de su próximo disco, del que adelantó "La Papa", corte de escasa y tórrida lírica en medio de un vendaval instrumental al que hoy siguió un tempo lento previo a la explosión final.

Fan de Bill Whithers y Al Green, Cimafunk es bailón y parlanchín lo justo y aquí cantó con varias alusiones a Galicia y alguna que otra exclamación anglo entre gestos típicos de James Brown pero recordando en otros momentos la esencia cubana de grandes como Beny Moré.

Atacaron un tercio final del concierto donde bailaron hasta los pilares de la sala gracias a "Ponte pa´lo tuyo" y "Me Voy" [su otro pegadizo hit], poco antes de un bis muy pedido que completó hora y media de afro funk.

Y en esa parte final, incluso se bajó del escenario para moverse entre el público, parte de un concierto donde hubo tiempo para el lucimiento de la banda, igual con divertidos bailes que con tremendas intervenciones de la trombonista (fraseó coqueta junto a Erik en "Potaje"). Y todo con un Erik Cimafunk inteligente para alargar los crescendos cuando el grupo lograba sonar empastado, cálido y potente a un tiempo como parte de una receta aún por cuajar del todo pero perfecta para los festivales de verano. Al tiempo.

Después de todo, el pasado verano Alejandro Sanz invitó a Erik a cantar con él en Nueva York, y antes lo hizo Fito Paez durante su visita a Cuba, así que... como cantan Cimafunk, ojo a ellos porque su música aprieta.