CRÓNICA: Aaron Thomas - Madrid, Mayo 2010

Aaron Thomas... un australiano, mejor artista folkie de 2010


Por: Oskar S. López. Foto: archivo

Aaron Thomas sabe que el mundo cambia. Tanto que este australiano es, junto a Russian Red, lo mejor de nuestra escena folk, cada uno a su estilo, claro.

Aaron Thomas, crónica de concierto

03 Mayo, 2010 | Oskar S. López. Foto: archivo
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03 Mayo de 2010 en sala Costello Club, Madrid

  • · Grupos: Aaron Thomas
  • · Público: Sobre un centenar de personas
  • · Precio: 8 euros

Aaron Thomas sabe que el mundo cambia. Tanto que este australiano es, junto a Russian Red, lo mejor de nuestra escena folk, cada uno a su estilo, claro. Thomas ya es un clásico de la noche madrileña y ya es hora de que su fama vuele más allá... de tí depende.

Lunes noche. Todavía es pronto, son las 21 h., pero hoy el centro de la gran urbe no bulle como en otros días. La primavera parece haberse esfumado de golpe. El aire frío recorre cada calle, se mete hasta el interior de mi cuerpo. No llueve, pero el cielo se muestra algo triste, oscuro, gris, menos mal que nos quedan las luces de la noche. El clima pide quedarse en casa escuchando canciones tristes mientras dedicas el tiempo a observar a la gente desde la ventana pero... no, hoy no. Allá voy!!!

Unos cuantos osados desafiamos al destino. En vez de recogernos en casa preferimos ir al Costello Club para escuchar esas canciones llenas de emociones de este cantante y compositor llamado Aaron Thomas.
La sala Costello Club acoge desde finales de abril y a lo largo de este mayo... un ciclo de conciertos acústicos llamado Canciones Desnudas. Sustancia, Primavera en Helsinki, Patricia Moom, Ben Howard... ya han pasado por este escenario pero hoy toca voz australiana.

Soy de los primeros en llegar. Sobre el escenario... hay una solitaria guitarra acústica, dos taburetes y dos micrófonos. El concierto comienza con quince minutos de retraso. La sala está medio vacía. Prima el público femenino. Un solitario Aaron agarra su guitarra, se sienta y abre la dulce melodía de "Far From Home" [tema de su primer álbum]. Con esta primera canción confirma lo que ya sospechaba al escuchar sus discos: la asombrosa voz que posee este tío.
La corista Rebecca Lander se coloca a su vera, y continúan con "Wasted of Crazy", otro magnífico tema de su debut. Su comienzo me recuerda a la mítica "Across the Universe", de los Beatles.

Aaron Thomas ha publicado dos estupendos y sorprendentes discos llenos de aroma folkie. Follow the elephans [2008], álbum repleto de canciones mágicas con el que logró piropos en la prensa musical y Made of wood [2009], que pisa la misma senda que su debut pero con composiciones y arreglos más elaborados. Lo ha grabado en Islandia bajo producción de Valgeir Siguròsson, que ha trabajado en discos de Bjork y Bonnie Prince Billy. Thomas gasta buena voz y a base de actuaciones en pequeños locales por toda la Península crece su perfil sombra y está cerca de salir de las sombras del anonimato para romper hacia calles más transitadas, con más público. Ojalá!!!

Poco a poco la Sala empieza a llenarse y el australiano dedica la canción de gusto country "Hotel Doors" a quienes llegan tarde, mientras les pregunta... ¿no sabíais que estaba programado a las 21:30?. Brotan risas entre el público. Suena "Made of Wood", cuya melodía y estribillo te enganchan desde el principio.

Cae luego "The Family trees", otra prueba de sus habilidades vocales. Y el concierto continúa con un Aaron bromista, que sabe usar las palabras justas y necesarias. Interactúa con frescura, es gracioso y correcto. Aparte de dedicar canciones a conocidos, también lo hace a los que hablan demasiado durante el concierto [en un show acústico e intimista como éste, resulta molesto] y a ratos bromea con Rebecca y pide al público que le acerque una cerveza. Comenta que trabaja de camarero en un bar y una chica le pregunta en cuál... más risas.
Dedican [creo] "Descending" a todos los camareros del mundo. En el bis toca "Black Umbrella" y acaba con "Any more", cuyo ritmo y melodía anima al personal a entonar el estribillo.

En suma, buen sabor de boca en un concierto donde cuesta hablar de pegas. Eso sí, preferiría verle acompañado de una banda para poder apreciar otros matices del repertorio de este Diablo de Tasmania pero... otra vez será.
Reconozco que defender un repertorio en formato acústico con la única compañía de una guitarra y una corista [que canta muy bien aunque estuvo algo apagada] es una tarea más que difícil pero Aaron sale airoso de estos restos. De hecho, ha conseguido entretener y la duración, algo más de una hora, ha ayudado mucho a ello, siendo el tiempo justo.

Thomas lo tiene todo: guapete [hay que reconocerlo], gracioso, toca bien la guitarra... y lo principal, tiene buena voz y la sabe emplear al servicio de cada canción. a veces me recuerda a Jeff Buckley, otras a Elvis Perkins o al mismísimo Tom Yorke, y en canciones como "Why would you call me?" alcanza increíbles registros.

Un último apunte: ¿cómo es posible que este tío no esté triunfando, vendiendo discos como churros y llenando salas?. Algunos con muchos menos recursos artísticos lo logran. En fin, misterios de la vida que desde La Ganzúa trataremos de cambiar.

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